México.- Ya sea Donald Trump o Kamala Harris quien sea elegido como nuevo presidente estadounidense, las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos durante los próximos años serán complicadas. Esto ante la difícil situación geopolítica que actualmente vive nuestro vecino del norte en su proceso de declive como potencia hegemónica global.
En entrevista para ESPEJO, expertos en relaciones internacionales hablaron sobre los puntos rojos en la relación bilateral México-Estados Unidos ante el cambio en su presidencia. Independientemente de quién sea el nuevo presidente, dijeron, este se enfocará en los temas de comercio, seguridad y migración en su relación con México. Las diferencias, añadieron, serán en algunos casos solo de forma y modos.
El académico internacionalista y miembro del CISAN, Roberto Zepeda Martínez, señaló que independientemente de quién será el próximo presidente estadounidense habrá repercusión para México, pues en sus discursos y propuestas de campaña, ambos políticos han mencionado al país en distintos temas.
“Se van a tomar ciertas medidas para detener la migración y para renegociar el TMEC, y eso podría afectar a México; y en el tema de seguridad también hay un cambio que puede complicar la agenda bilateral”, dijo.
Por su parte, el doctor en Filosofía del Desarrollo Internacional, Juan Carlos Barrón Pastor, opinó que con el triunfo de Kamala Harris quizá habría un terreno de negociación más familiar, mientras que con Donald Trump el escenario sería más complicado, al estar frente a un presidente que utiliza a México como una amenaza.
“La diplomacia tendría que tener mucho cuidado y mucho énfasis en recordarle a ese gobierno que somos socios comerciales; que a Estados Unidos le importa mucho el buen funcionamiento de la economía mexicana. Encontrar colaboración respetando la soberanía sería tema crucial. Pero bueno, son estilos diferentes, tendríamos que estar preparados para ambos”, expresó.
Comercio e inversiones
Roberto Zepeda, que ha dedicado su carrera a estudiar las relaciones entre los países norteamericanos, señaló que el tema de mayor incidencia para México será la economía y el comercio bilateral con el inicio de la revisión del TMEC el próximo año.
Este tema, reconoció, tiene raíz en la relación comercial entre México y China. “En el tema comercial, pues Estados Unidos se está quejando de que en el TMEC hay mucha inversión China que está entrando a México y de aquí se exporta para Estados Unidos y sin aranceles”, explicó.
En la revisión del TMEC, Estados Unidos buscará responder preguntas como: ¿En qué está China? ¿Qué inversiones tiene China aquí en México? ¿Cómo están involucrados en las exportaciones de México a Estados Unidos? “O sea sí está difícil la negociación, y bueno es como cerrarle el paso a China en México”, comentó.
En pocas palabras, en su competencia por ser la potencia con mayor influencia global, Estados Unidos no le permite a México el tener relaciones muy estrechas ni con Rusia ni con Estados Unidos.
Una de las posibles reacciones ante esto, indicó, es que Estados Unidos imponga aranceles a importaciones de México con algún nivel de inversión o componentes chinos. Trump, dijo, está hablando de aranceles de hasta el 200 por ciento.
“Ha amenazado con poner aranceles hasta el 200% a las exportaciones mexicanas, sobre todo del sector automotriz, donde según Donald Trump hay inversión china”, comentó.
El otro punto en cuanto a comercio e inversiones, explicó, es la recién aprobada reforma judicial. Aquí México tiene que hacer entender a Estados Unidos que los cambios en el sistema judicial mexicano no afectarán a las inversiones y comercio estadounidense.
En este punto Juan Carlos Barrón Pastor cree que, paradójicamente, una renegociación del TMEC con Trump sería menos agresiva que con Kamala Harris. Esto ya que, al haber firmado él el tratado, partiría de la base de que lo hizo bien; mientras que Harris se dedicaría a resaltar los errores de Trump en el mismo.
“Kamala podrá utilizar a sus aliados de los sindicatos y ser mucho mucho más agresiva en la renovación del del TMEC, precisamente porque ella no lo firmó y porque podría atacarlo, criticarlo dado que fue una firma de su rival”, destacó.
‘Guerra’ EUA-China
Para entender este endurecimiento de la política de comercio exterior de Estados Unidos hay que colocarla en el contexto de su guerra comercial con China.
Iniciada con Donald Trump y continuada por Joe Biden, esta guerra arancelaria es una de las maneras en que Estados Unidos busca mermar el avance del país asiático como un polo de influencia mundial.
Sin embargo, durante los últimos años las empresas chinas y estadounidenses han visto a México como un trampolín para continuar comerciando y esquivar los impuestos de esta guerra. En este sentido, en el TMEC Estados Unidos prohíbe a México el firmar un tratado comercial con China.
“Actualmente Estados Unidos y China tienen una guerra comercial de aranceles, y también una confrontación geopolítica que ya tiene que ver más con el poder, con demostrar quién es la potencia” dijo al respecto.
“En economía, la principal preocupación de Estados Unidos es que no entre China ni Rusia aquí a México”, añadió.
Dentro de está guerra comercial, opinó Barrón Pastor, el mayor interés de Estados Unidos es mantener su cadena de suministros estable o lo más barata posible “y más en el caso de que se amplíen escenarios bélicos en el mundo”.
Ante este escenario, México tendría que asegurarse de mantener está garantía de las cadenas de suministro de mercancías; y que la renegociación del TMEC le rinda beneficios reales ante Estados Unidos.
Seguridad, el tema alarmante
El tema de seguridad en la relación México-Estados Unidos Donald Trump pinta un escenario alarmante. El político ha amenazado con catalogar a los carteles mexicanos como grupos terroristas, justificando así la intervención del ejército estadounidense en México.
Esto, señaló Juan Carlos Barrón Pastor, es una situación que el Gobierno Mexicano no debe desestimar, pues “si el escenario fuera que queda Trump, tendremos que estar listos para desactivar semejante ocurrencia”.
Kamala, por su parte, también ha anunciado su intención de combatir el tráfico de drogas y al crimen organizado, pero mediante el uso de tecnología y el aumento de agentes en la frontera. Además, ha señalado la importancia de trabajar con México y China para combatir la entrada de precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo.
“Aunque estamos tratando de no verlo, porque no queremos tomarlo en serio porque son elecciones, en realidad son palabras mayores. No queremos meternos en camisa de once varas, pero Trump ha dicho muy seriamente que está dispuesto a tener una aventura militar en México y atacar a los cárteles mexicanos”, reconoció Barrón.
“Los dos tienen en agenda el tema de la seguridad porque el fentanilo que está matando a muchos estadounidenses, un promedio de 100 mil por año, cosa que ellos nunca habían tenido por consumo de drogas. Nunca había habido una droga tan letal, que incluso está generando más muertes que un conflicto bélico”, explicó el académico.
Migración también es seguridad
Si Trump gana la presidencia, el tema de la migración se tornará complicado, reconoció Zepeda al pronosticar deportaciones masivas y presiones para que México fortalezca aún más su frontera sur.
“Se van a recrudecer las políticas migratorias que criminalizan al migrante, que me detiene, que le procesa, que lo lleva a prisión; independientemente son niños, Trump ya demostró en su administración pasada que para él los migrantes no tienen la menor consideración en el respeto a sus derechos humanos”, lamentó.
Sin embargo, independientemente de quien resulte ganador, Zepeda Martínez enfatizó que para Estados Unidos el tema migratorio es un tema de seguridad nacional.
“Probablemente con Kamala Harris estos cambios no sean tan drásticos, pero también hay una política migratoria se está endureciendo últimamente”, concluyó.
Lo que no puede cambiar
Por último, Juan Carlos Barrón Patrón consideró que, independientemente de quien gane, existen algunos temas que ni Trump ni Harris pueden desestimar de llegar a la presidencia. Estos serían la protección de ciertos sectores que fortalecen la posición geopolítica y económica de Estados Unidos en el mundo como lo son el complejo industrial militar, y las empresas de comunicación y tecnológicas.
“Estas están teniendo un momento muy complejo con China, los está presionando mucho y de uno u otro modo tendrán que ponerse de acuerdo para poder mantener el funcionamiento de estos sectores del capitalismo digital, empresas tecnológicas, empresas mediáticas y por supuesto todo el complejo militar industrial”, indicó.
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