Culiacán, Sin.- A sus 57 años Sergio Mercado tiene un proyecto que busca consolidar, grabar un disco de música norteña con composiciones originales y “pegar”, como comúnmente se le dice a un negocio que es exitoso.

Por lo pronto, este acordeonista originario de la sindicatura de Quilá lo podemos encontrar en las calles del centro de Culiacán, a veces en el mercado Garmendia, en el mercado de las flores o en las birrierías.

Sus influencias musicales son los clásicos que cualquier sinaloense tradicional no duraría en poner en un convivio, Ramón Ayala, Los Cadetes de Linares o los poderosos Tigres del Norte, originarios de Mocorito.

En entrevista para Espejo, comenta que su gusto por la música vino de su padre, un jornalero agrícola que en sus ratos libres tocaba el acordeón y la guitarra; él fue su primer maestro, le enseñó lo que sabía y de ahí Sergio “se la llevó para adelante”.

“Yo también trabaja en la pisca, cortando tomates, también era regador de caña y en mis ratos libres agarraba el acordeón también y fui aprendiendo. Ahora toco el acordeón y piano”, menciona.

Ha tomado algunas clases de música formalmente, pero realmente él se considera un músico lírico porque no fue a una escuela para aprender, más bien ha sido un autodidacta y así aprendió a tocar el piano también.

Cuando llegó a radicar a la ciudad de Culiacán continuó por un tiempo trabajando con el guingo y la pala, pero ya con familia llegó el momento en que se le hizo muy duro ese oficio. Decidió agarrar el acordeón, ponerse un sombrero, botas y salir a tocar a las calles.

“Aquí ya me junté con otros dos músicos y formamos un grupo norteño. Tocamos en la calle principalmente pero también nos invitan a fiestas particulares. Yo toco en todas partes, en las taquerías”, explica.

“Tocamos en las birrierías en las mañanas y en las marisquerías en las tardes, ahí mismo salen los clientes, me piden el número”, indica.

Junto con sus compañeros recientemente formaron el grupo Barrenador, cuyo plan en el mediano plazo es grabar un disco. Sergio Mercado se considera una persona inspirada, por lo pronto en su libreta va anotando las letras de las futuras canciones a las cuales posteriormente le meten los tonos musicales.

“Hemos grabado algunas canciones, nos juntamos en una casa, de un amigo, Ramón Benítez, que es bueno para grabar”, comenta.

“Esta es música alegre, si Dios quiere y María santísima espero que nos pegue el proyecto, esperemos que nos pegue”, resalta.

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