Miles de automovilistas que transitaron hoy por el boulevard Pedro Infante, en el sector poniente de Culiacán, observaron las ruinas que quedaron de un restaurante con especialidad de mariscos incendiado durante la madrugada en continuidad con la acción de la delincuencia organizada para poner a la vista de todos los saldos de su narcoguerra con fines de mantener a la población turbada e inmovilizada en el miedo.
La escena dantesca que se repite a diario en diferentes sectores de Culiacán, al hacer que el fuego acabe con patrimonios de familias y aparte determine moralejas que amedrentan a los ciudadanos en general, no tiene en contraofensiva la oportuna intervención de las autoridades federales, estatales y municipales que prevenga este tipo de hechos para robustecer la percepción de la ley por encima de la anarquía.
El agudizamiento por la noches de la actividad delictiva lleva a la insistente pregunta de qué hacen en dicho horario los miles de militares, marinos, guardias nacionales y policías estatales que están a cargo de los operativos de protección a la gente de bien a través de resultados que han prometido el gobernador Rubén Rocha Moya y el secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, cuyo regreso a la capital de Sinaloa fue anunciado para evaluar la situación de violencia.
Culiacán está al límite de la capacidad de resistencia ante cien días de inseguridad donde es imposible definir si esta batalla la ganan los arsenales y grupos del crimen, o la fuerza pública desplegada como nunca antes en la capital del estado y otros municipios también diezmados por los ataques del hampa entre sí, y los que cruza con militares y policías.
Todo indica que diciembre será otro mes perdido por la sociedad y las actividades productivas que desde el esfuerzo lícito perseveran en retomar condiciones de estabilidad y certidumbre, confiando en que el gobierno hace bien la parte que le corresponde para implantar el estado de derecho. Sin embargo, las interrogantes con sentido de exigencia son las mismas mientras la violencia no ceda: ¿hasta cuándo presidenta Claudia Sheinbaum? ¿Hasta cuándo gobernador Rubén Rocha?
Más editoriales
Reasignación presupuestal a seguridad pública: algo es algo en el contexto de narcoguerra
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.