Por el dominio que ostenta el Movimiento Regeneración Nacional y partidos aliados en el Congreso de Sinaloa, ocurren críticas las comparecencias de los secretarios del Gobierno del Estado con motivo de la glosa del tercer informe de actividades que el gobernador Rubén Rocha presentó ante el Legislativo, propiciando la permisiva función parlamentaria que los servidores públicos crean que están haciendo las cosas bien.

Lo paradójico es que las diferentes crisis que enfrenta Sinaloa derivadas de más de cuatro meses continuos de violencia de alto impacto exigen que los funcionarios del Gabinete estatal apliquen programas que mitiguen las consecuencias, y las diputadas y diputados espolearlos para que no se echen a dormir sobre los laureles mientras la población vive insegura, los sectores económicos entran en situación de quiebra y la delincuencia actúa a sus anchas.

Un ejemplo del Legislativo en exceso complacientes frente a miembros del equipo de gobierno de Rocha es la comparecencia de la secretaria de Pesca, Flor Emilia Guerra, que al notar que su presencia en el Congreso le resultó como un día de campo optó por la autocrítica al mencionar las insuficiencias que los anfitriones no notaron: presupuesto insuficiente para infraestructura pesquera, mantenimiento a sistemas lagunares y apoyos a cooperativas porque “hay muchas que no tienen cuartos fríos, ni siquiera una techumbre con piso o facultad para adquirir hielo; que venden a muy bajo costo su camarón porque no tienen donde guardarlo”.

Otro caso tiene que ver con la eventualidad de que el Congreso acepte la posible negativa a comparecer de parte del recién designado secretario de Seguridad Pública, Óscar Rentería Schazarino, quien se mantiene en hermetismo en cuanto a temas de su competencia y se ha mencionado la posibilidad de que envié a un subordinado a la Cámara porque prefiere estar al frente de los operativos de contención de la violencia que tener encima reflectores.

La afinidad política de la mayoría parlamentaria con los servidores públicos que comparecen está lejos de justificar el elogio desmedido y el solapamiento de mal desempeño de los cargos a través de hacer ver que todo funciona bien aunque la realidad demuestre lo contrario. Las diputadas y diputados están allí para revisar al gobierno, orientarlo a mayor eficiencia y en caso contrario promover que se les apliquen las correspondiente medidas disciplinarias.

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