En la actualidad, y en una situación que se ha prolongado desde hace más de tres años, el campo sinaloense atraviesa una crisis productiva. Debido a la poca disponibilidad de agua, deterioro del mercado y la carencia de políticas públicas efectivas para la mejora competitiva del campo regional, el sector agrícola en Sinaloa ha venido menguando en cuanto a su rentabilidad.

Este 2025 viene a exhibir muchas de las deficiencias, las carencias, el abandono de los gobiernos que nos antecedieron. De los cambios de gobierno, los cambios de colores y partidos. También exhibe muchas de las deficiencias que tenemos nosotros como productores y las organizaciones que hemos conformado a través del tiempo, y de la resistencia que tenemos de innovar en cuestiones agrícolas”, explica Altagracia González, productora sinaloense directora de Agrícola El Cerro, en entrevista para Revista Espejo.

 

De esta forma, la sequía viene a ser “la coronación de un pastel de desgracias“, dice la productora, al rematar la situación de desatención en la que la agroindustria se ha sumido.

En este 2025, se cosechará una siembra de maíz reducida, restringida debido a la limitada capacidad de riego. Los productores se vieron obligados a producir granos con menor demanda como el frijol, trigo o garbanzo, debido a que es lo que la disponibilidad del recurso hídrico permitió.

La producción de estos cultivos conlleva retos para los agricultores, al no existir condiciones en el mercado interno para poder ser lo suficientemente redituable. Tampoco se han construído vías eficaces para que los productores coloquen su cosecha de sorgo o garbanzo en el extranjero, quedando estos a merced de los industriales o revendedores que fijan precios por debajo del valor de mercado.

“Al tener estos granos un mercado acortado, tenemos un problema. El garbanzo no se consume regularmente en nuestro país, como sí sucede en países del Medio Oriente, por ejemplo. Y al no tener canales de comercialización por parte de los productores, quedamos en manos de los industriales, o de los mal llamados coyotes [revendedores]”.

 

El cultivo de frijol también enfrenta retos, relacionados con el precio al que se comercializa y los cambios en el consumo de los mexicanos, derivados de la situación económica que viene reduciendo el poder adquisitivo de las comunidades a lo largo del país.

“Hemos venido dándonos contra la pared porque el frijol que nosotros producimos es un frijol que sale al mercado muy caro, entonces las condiciones económicas del país, de la gente que es la que consume más frijol, está limitando su adquisición por el tema de los precios

 

La carestía en el cultivo del frijol, así como de otros productos agrícolas, sería un efecto derivado de la inexistencia de una política que regule el precio de los insumos del campo, de acuerdo con la también ex-candidata a presidenta de la AARC.

Los costos de producción de los agricultores son muy altos. No tenemos una política de precios que tenga una utilidad racionada para los comerciantes e industriales que producen nuestros insumos. Muchos de ellos son de marcas internacionales con costos de venta bastante altos. Nosotros utilizamos amoníaco, en el que México no es autosuficiente”.

 

El elevado precio de la semilla de frijol certificada también pone en jaque la rentabilidad del cultivo. Aunque existen otras opciones más económicas, su uso conlleva un alto riesgo debido a la variabilidad del producto resultante y que no cuenta con garantía que asegure su rendimiento.

El deterioro de las vías de transporte terrestre, de la red hidroagrícola, y la alta tramitología que implica el convertirse en beneficiario de los programas gubernamentales de apoyo al campo, cuyos requisitos dejan fuera de cobertura a una porción importante de los productores, crean una “tormenta perfecta” en el campo sinaloense.

El acortamiento de la temporada, debido a la caída en la producción, también provocará que haya menos trabajo para los jornaleros, quienes verán reducidos sus ingresos.

“Es una serie de omisiones, descuidos, olvidos, o hacerse la vista gorda para no entrarle al tema de la productividad. Ante tanta calamidad, se está haciendo como una tormenta perfecta que se va a reflejar en este 2025 si no tenemos un apoyo, si no tenemos una política o estrategia que pueda abarcar a todos los productores. Van a estar afectados los graneros, van a estar afectados los horticultores, y esto va a traer desempleo en Sinaloa y a mucha de la gente que llega como migrantes“.

 

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