Para quienes se dedican a los giros comerciales y oficios relacionados con la realización de eventos, el estallido de violencia que actualmente se desarrolla en Culiacán ha significado una caída de hasta el 80% en su carga de trabajo, según coincidieron eventistas contactadas por Revista Espejo
Los pocos eventos que se siguen realizando, se hacen con alrededor de un tercio del presupuesto del que se acostumbraba desembolsar, explicó Abigail Arias, planeadora de bodas y decoradora de Culiacán.
La falta de oportunidades laborales y la precarización de las que quedan, han hecho que por lo menos 80 meseros y al menos 6 eventistas tengan que migrar a otras ciudades.
“Nosotros regularmente operamos hasta con 20 o 25 personas en temporada alta, y actualmente estamos 5. ¿Por qué? porque los eventos están súper pequeños. Estamos trabajando nada más con los mínimos empleados que podemos operar, sobreviviendo”, relata la chef Janitze Cázares, de Riquísimos Catering y Eventos.
Desde septiembre de 2024, una crisis de seguridad en Sinaloa con epicentro en Culiacán, ha originado una contracción económica que provoca afectaciones para un amplio abanico de sectores empresariales.
Los hechos delictivos que se han vuelto de común ocurrencia, como el robo de vehículo o los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, disuaden a las personas de ejercer el consumo como normalmente lo hacían. Aunado con la incertidumbre económica y laboral, ha devenido en la cancelación o postergación de eventos sociales, así como de conciertos y ferias, de organización tanto pública como privada.
Por ejemplo, la Feria Ganadera de Sinaloa, el Palenque de Culiacán 2024 y la Feria Internacional del Libro, todas programadas para noviembre, no se realizaron. Belanova, Alejandra Guzmán y la Banda MS han sido algunos de los artistas que cancelaron o postergaron sus presentaciones en Sinaloa por preocupaciones de seguridad.
El negocio de Janitze fue parte de los muchos afectados por la cancelación del concierto de Luis Miguel en Culiacán, uno de los eventos masivos más importantes suspendidos desde el inicio de la llamada “narcopandemia”, término que se ha usado para describir este periodo de violencia debido a sus consecuencias en la vida cotidiana de miles de personas.
“Para mí fue dramático“, dice en entrevista para Revista ESPEJO.
Los eventos que hoy se realizan son de mucha menor escala, explican quienes se dedican a atenderlos, por lo que prescinden de los servicios de organizadores u otro tipo de personal de servicio, como meseros.
“Si lo pusiéramos en porcentaje, estaríamos como al veinte por ciento de nuestra capacidad, y de nuestros ingresos también”, sigue la chef.
Trabajadores de giros comerciales relacionados a las fiestas, como la venta y renta de vestidos, o dulcerías, expresaron igualmente una caída en la actividad de sus negocios.
En una dulcería del Primer Cuadro de Culiacán, empleados estimaron un desplome en el ticket promedio de hasta el 90%, además de una notable baja en la afluencia de clientes desde el inicio de la crisis de seguridad.
En el caso del vestuario para fiestas, Julieta, vendedora de vestidos de gala, declara notar que los clientes llegan preguntando por vestidos mucho más baratos, además de la clara falta de clientela. Atribuye el fenómeno a la “caída en la fluidez del dinero”.
“Muchos negocios están cerrando, no hay casi empleo. En lo personal, prefiere no gastar uno en cosas que no son tan necesarias o básicas. Por la situación, no sabe uno cuándo llegará a necesitar ese dinero. Siento que todos pensamos lo mismo cuando ya tenemos familia”, explica Julieta.
Ademas de quienes prestan sus servicios profesionales para la realización de eventos, los negocios relacionados con la industria del festejo reportan mal desempeño.
“Tal cual como en pandemia”
“Nosotros tuvimos que cambiar el formato. Empezamos a atender, tal cual como en la pandemia, eventos pequeñitos de diez, veinte o treinta personas. Más que nada, estamos sobreviviendo. No hay un flujo constante como en años anteriores“, dice Janitze.
Entre las experiencias que ha vivido la eventista desde el inicio de la crisis de seguridad, destaca el caso de algunas empresas que, en lugar de organizar fiestas de navidad o fin de año, optaron por entregar regalos a sus colaboradores durante las últimas festividades.
También menciona a padres que planeaban celebrar los quince años de sus hijas, pero que, ante el contexto actual, decidieron posponer la celebración y convencerlas de esperar hasta sus “dulces dieciséis”.
La reducción en los festejos, y precarización de los que se siguen haciendo, habría llevado a muchos negocios y prestadores de servicios profesionales a dejar de operar, según explica Janitze.
“Hay muchos negocios que han cerrado. De eventos, sobre todo los más pequeños, como taquizas, decoradores. Los decoradores han parado su labor porque no hay eventos que cubrir. No hay piñatas, no hay quince años, o todo se está celebrando de manera diferente”.
De acuerdo con los últimos resultados del Índice Trimestral de Actividad Económica Estatal, elaborado por el INEGI, correspondiente a los últimos tres meses del 2024, los servicios recogidos bajo el rubro de Cultura y Entretenimiento vieron una contracción productiva anual del 28%.
Cristina Ibarra, presidenta de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, explicó para Espejo que esto indica una afectación en giros como el gastronómico, comercial y realización de eventos.
De abril de 2024 a abril de 2025, la economía sinaloense perdió 14,717 empleos formales, según datos del IMSS.
En el caso de Janitze, la caída en los ingresos la ha llevado a tener que liquidar algunos bienes del negocio, como un vehículo, para mantenerse a flote. Ha supuesto, además, realizar cambios en su modo y estilo de vida para asimilar el cambio.
“No hay condiciones para trabajar, no nos sentimos seguros. Espero que pronto termine esta situación porque es realmente muy complicado. Yo creo que mi rubro, junto con los restauranteros, estamos en la lona“.
“Ya nos ha rebasado y por mucho”: Meseros eventuales siguen migrando por falta de trabajo.
Manuel Rodríguez, capitán de meseros eventuales y representante del gremio en Culiacán, explica cómo la crisis de seguridad sigue afectando a quienes se dedican al oficio. En enero, contabilizaba alrededor de 45 meseros que habían abandonado el municipio en busca de trabajo. Hoy, coloca dicha cifra en aproximadamente 81. Esto representa casi el 40% de la agrupación.
Entre los destinos de aquellos que han migrado, están las ciudades de Guadalajara, Mexicali, Tijuana y Monterrey.
“Ya nos ha rebasado y por mucho. Antes de septiembre, les llamábamos fiestas porque se trataba de cien, [hasta] trescientos invitados. De septiembre para la fecha, son reuniones porque solo se reúnen unos diez o quince, la pura familia. Ya es mínimo, entonces ya no requieren el servicio de meseros”
Para poder instalarse en otras ciudades, cuenta que algunos se han tenido que ir en grupo y compartir renta para que sea posible sufragar gastos.
Hasta ahora, los meseros no han recibido ningún tipo de apoyo económico emergente por parte del gobierno estatal ni municipal más allá de una entrega de despensas en enero, aunque se han diseminado recursos para comerciantes y emprendedores.
Manuel comenta que sus solicitudes de audiencia con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, han sido todas ignoradas.
“Es el primer día de las madres que no tengo trabajo”
Abigaíl Arias, de la agencia Aby Decoraciones, explica que algunos decoradores también se han ido a otras ciudades por haber caído la demanda de sus servicios en Culiacán. Considera que si la situación de inseguridad se prolonga otros tres meses, su negocio corre el riesgo de tener que dejar de operar.
Pese a que actualmente su plantilla laboral se ha reducido a apenas una quinta parte del número de empleados con los que usualmente operaba, entre las principales dificultades que enfrenta está el sostenimiento de la nómina de sus trabajadores.
“Quince años, ya la gente no hace. Piñatas ya no tenemos, hay muchas compañeras que le están batallando mucho porque cumpleaños no se están celebrando […] Con decirte que, yo, es el primer día de las madres que no tengo trabajo”, dice Abigaíl.
Abigaíl da constancia de por lo menos 6 eventistas, entre personas que se dedican a la fotografía, servicios de catering y decoración, que han tenido que irse de forma temporal a otras ciudades a buscar trabajo.
Ella asegura que las acciones por parte de la administración municipal y estatal, como los créditos que su gremio recibió en enero, no han sido suficientes. “Son como una aspirina”, señala.
Ve como principal factor para que el sector pueda ver una recuperación completa y duradera el restablecimiento de la seguridad.
“Que Culiacán deje de parecer una ciudad fantasma en las noches. Que los invitados se sientan seguros”, pide.
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