San Ignacio, Sinaloa.- Entre los cerros de San Ignacio, en el pueblo de Cabazán, se encuentra el Museo del Jaguar.

Inaugurado hace 12 años con el fin de difundir y promover la conservación del gran felino, el museo nació luego del primer censo del jaguar (Cenjaguar) realizado en el municipio en el 2010.

En aquel entonces, la bióloga Yamel Rubio Rocha encontró una densidad de 4 Jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados en selvas secas. Para 2017 la densidad se incrementó a  5.4 por cada 100 kilómetros cuadrados. En ese periodo, el estimado de jaguares en el país pasó de 4 mil a 4 mil 500 ejemplares.

Esto, contó la investigadora, detonó la curiosidad y las ganas de las mujeres de Cabazán por aprovechar este nuevo conocimiento en torno a la naturaleza. “Oye, ¿qué sigue?”, le preguntaron.

Fue así que, con la ayuda de las investigadoras Rubio Rocha y María de los Ángeles Cruz Morelos, las mujeres del pueblo de Cabazán hicieron todo lo posible para que el museo comunitario se hiciera realidad, contó Rosy la encargada del mismo.

Recientemente, a finales del mes de marzo, el museo festejó su doceavo aniversario, evento que llevó música, poesía y cuenta cuentos, además de educación ambiental a los alrededor de 300 habitantes del pueblo.

El museo del jaguar

 

El museo cuenta con cuatro salas en las que se puede conocer más sobre la historia de la comunidad de Cabazán, la flora y la fauna de la zona, métodos de conservación y una sala de usos múltiples en donde se llevan a cabo talleres infantiles y otro tipo de actividades.

Entre estas salas acondicionadas como museo, se pueden observar espécimenes de tigrillo de jaguar y coatís disecados, instrumentos antiguos para hacer queso y otras tareas domésticas y el arte de mujeres tejedoras, entre muchas otras curiosidades.

Tras doce años involucrada en el proyecto, Rosy asegura que este le ha dado la posibilidad a su gente de aprender a proteger los animales y a cuidar más el medio ambiente, pues ahora tienen la conciencia de que de esto depende también el futuro de las comunidades.

Otros de los beneficios que está conciencia del jaguar ha llevado a San Ignacio, asegura, es el fin del tráfico de aves exóticas y el incremento del turismo, el cual se prevé que incremente ahora que San Ignacio es pueblo Mágico.

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