Culiacán, Sin.- El problema delincuencial del gobierno de Rubén Rocha Moya es la violencia familiar, dio a conocer Miguel Calderón,  coordinador General del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP).

Lo anterior, luego de dar a conocer el balance de la incidencia delictiva durante 2023, donde se dio un incremento en los 13 de los 14 delitos analizados por este organismo.

Sin embargo, el delito que más llamó la atención por el número de carpetas de investigación levantadas por la Fiscalía General del Estado fue el de violencia familiar con 7 mil 02 casos, mil 105 más que en 2022; representando un aumento del 19 por ciento con respecto al año pasado.

Miguel Calderón expuso que si bien existe infraestructura y presupuesto para atender este tema como es la Secretaría de las Mujeres, la violencia familiar sigue siendo delito que más va a la alza en Sinaloa.

“Las estadísticas dicen lo contrario. Nosotros aplaudimos el arranque de la creación de esta secretaría y de la Unipol. Ahora, en la observación de las políticas públicas que han observado a través de esta secretaria, nuestra percepción del tema es que han enfocado mucho sus esfuerzos para atender a la víctima”, opinó.

 

Al respecto, el titular del CESP expuso que al atender solamente a las víctimas se está dejando de atender al agresor, por lo que es solo como “darle una aspirina” a la víctima porque el problema de raíz sigue estando en el hogar: “el agresor sigue estando ahí”, dijo.

“En las diferentes reuniones que hemos tenido con los funcionarios de esa secretaría, les hemos puntualizado que es bien importante que el agresor deje ser el agresor, porque cuando hay una tragedia mayor esa persona ya tuvo un antecedente de agresión previa que se manifiesta en una denuncia, en una llamada de atención del DIF local, que después termina siendo feminicidio o infanticidio”, manifestó.

Por lo tanto, consideró que el presupuesto destinado a la Secretaría de las Mujeres del Estado no solo debería ir enfocado en atender de manera integral a la consecuencia de la violencia,  que es la víctima, sino a la raíz de la violencia que es quien agrede: “y la mayoría de los agresores son hombres”, informó.

Miguel Calderón ejemplificó que si 9 de los 10 pesos del presupuesto de la SEMUJERES son para atender a las víctimas, ahora 3 pesos de esos 10 pueden ir a los agresores en el sentido de transformarlos socialmente y que haya un verdadero cambio respecto a este fenómeno delictivo.

Sobre esto último, comentó que ya existen instituciones de la sociedad civil que están atendiendo a los agresores “con resultados muy positivos”.

Por otro lado, explicó que el aumento de las denuncias formales ante las autoridades tiene que ver que en el presente las mujeres están “más despiertas” y más proclives a empoderarse; sin embargo, precisó que esta mentalidad sigue concentrándose en las zonas urbanas.

“Si nosotros correlacionamos dónde están las denuncias de violencia familiar, son en zona urbana. Puede ser que en zonas rurales sea un problema escondido bajo la alfombra, que en la sierra, en las zonas de la costa, donde casi no hay acceso a la información aún falta ese ‘despertar’”, opinó el titular del CESP.