Culiacán.- En un estado como Sinaloa, donde los estereotipos de género prevalecen en muchos ámbitos profesionales y la participación laboral de la mujer (41.82%) es más baja que en los hombres (58.17%), la historia de la bombera Naydelin Hidalgo destaca como un ejemplo de superación y valentía al ingresar en un campo tradicionalmente dominado por la población masculina.

Aunque la participación económica femenina ha ido avanzando a lo largo de los años, esta bombera de Culiacán, con tan solo 21 años de edad ha tenido que abrirse camino en su profesión, desafiando expectativas y demostrando que el género no es una barrera para ser bombera.

De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la generación de empleo del 2022 fue liderada por las mujeres, pues de los 1.7 millones nuevos empleos creados ese año, ocho de cada 10 fueron ocupados por ellas.

Naydelin se unió como voluntaria a los 18 años de edad y, actualmente, es la única bombera mujer en Culiacán dentro de la nómina.

“Sí somos varias mujeres en el cuerpo de bomberos de Culiacán, pero las demás son voluntarias. De 100 hombres solo 10 mujeres hay”, menciona Hidalgo.

 

Ser bombera en México

 

En México, ser bombera o bombero es la profesión más respetada por la ciudadanía, de acuerdo a la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología del INEGI. Esto se debe a la gran importancia que tiene un cuerpo de bomberos en una ciudad para prevenir, controlar y extinguir incendios y realizar operaciones de rescate.

Para una ciudad como Culiacán, que concentra al menos un millón de habitantes, se necesitan al menos ocho estaciones de bomberos para garantizar la atención eficaz y rápida de todas las emergencias. Lo ideal es que estas estaciones estén conformadas por hombres y mujeres capacitadas para proteger la vida, la propiedad y el medio ambiente en Culiacán.

Si bien nunca ha enfrentado discriminación directa por su género, Naydelin confiesa que al inicio luchó contra su propio miedo de ingresar a un campo predominantemente masculino.

En el cuerpo de bomberos de Culiacán hay un total de 135 voluntarios y trabajadores, de ellos, 22 son mujeres y 113 son hombres.

“Al principio lo miraba como algo muy difícil o muy imposible, pero para nadie lo es, a como yo pude espero que muchas mujeres igual puedan lograrlo, solamente es cuestión de esfuerzo y mucha disciplina”, dice.

 

“Las mujeres podemos, hasta la más pequeña y chaparra como yo”, agrega.

Menciona que al ingresar al cuerpo de bomberos con el propósito de ayudar a las personas, su familia estaba asustada debido a que la profesión implica muchos riesgos y está altamente masculinizada, sin embargo, esas inseguridades se han ido rompiendo poco a poco con el transcurso de los años.

“Desde que entré todo ha sido muy parejo desde la gente externa hasta mis compañeros, siempre muy incluida al equipo, no me dejan de lado, incluso me han confundido con un niño”, explica.

 

Abrir la brecha

Foto: Marcos Vizcarra

Durante siglos, en la cultura sinaloense se han construido estereotipos de género en donde se asigna al hombre como el proveedor del hogar y el único capaz de ejercer profesiones que implican mayor resistencia física como los bomberos, sin embargo, Naydelin Hidalgo es muestra de cómo las mujeres han ido rompiendo estas barreras y han contrariado los roles de género.

En su caso, ella admite que si bien se le ha complicado realizar ciertas actividades correspondientes a su profesión, ha podido compensarlo al utilizar las ventajas físicas que le brinda el ser mujer para realizar las actividades que podrían ser más complicadas para sus compañeros.

“La complexión y en cierta forma la estatura sí me ayuda en lugares pequeños que haya que ingresar, ahí se me facilita un poco más. Al principio creía que se me iba a dificultar, pero ahora sé que hay cosas en las que puedo batallar y otras que se me van a facilitar”, menciona.

 

Para ella, su participación en el Cuerpo de Bomberos de Culiacán ha ido abriendo la brecha para que otras mujeres que desean ser bomberas dejen sus inseguridades a un lado y sigan sus sueños profesionales.

“De cierta forma, sí motivo, muchas muchachas me han hablado y sí he sido motivación para otras. Se siente muy bonito  que empiecen a decir que ellas también van a hacer esto porque tú lo eres, es muy bonito, te llena mucho y te motiva a seguir creciendo”, expresa.

 

Su participación en esta profesión resalta la importancia de promover la diversidad de género en todos los sectores laborales, incluso en aquellos que tradicionalmente son conocidos como oficios ¿de hombres?.

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