Con un almacenamiento de agua de apenas el 13.2 de su capacidad total, las presas de Sinaloa indican la cercanía del momento en que el Gobierno del Estado inicie con los tandeos en el suministro de agua para consumo humano debido a la sequía que ya deja consecuencias en la actividad agrícola al reducir la superficie de siembra, así como obliga a la distribución del vital líquido en pipas para comunidades afectadas.

Es decir, de un momento a otro deberán implementarse acciones drásticas a pesar de que el gobierno las esté retrasando, aunque de parte de los sinaloenses ya deberíamos hacer la parte que corresponde para racionar el uso de agua anticipándonos a efectos que se ven venir ya que la extracción a la infraestructura hidráulica es de 136 metros cúbicos por segundo.

Lo extraño es que las autoridades estatales y municipales no hayan lanzado la gran campaña de orientación a la población informándole de la situación deficitaria de agua, las acciones para el ahorro de este elemento desde el hogar y las medidas que se adoptarán para contrarrestar las crisis que vienen en secuencia debido a que los grandes embalses se secan y los mantos freáticos entran en fase de agotamiento.

El panorama es preocupante ya que al día de hoy, según el reporte de la Comisión Nacional del Agua, las once presas sinaloenses presentan un almacenamiento de dos mil 55.7 millones de metros cúbicos lo cual significa un déficit con respecto a la misma fecha de 2023 de 3 mil 378 millones de metros cúbicos, entrando a la fase de emergencia que requerirá de restricciones en los consumos humano, agrícola e industrial.

La apuesta a un panorama providencial de lluvias copiosas en las siguientes semanas sería una especie de juego de azar y significaría la acción de alto riesgo si a tal eventualidad no se le respalda con políticas públicas de gran alcance. El Gobierno de Sinaloa está llamado a pasar de la pasividad en que está en lo referente al agotamiento del agua, a decisiones adecuadas donde autoridades y ciudadanos vayan coordinados para que las derivaciones de la sequía sean menos devastadoras de lo que se espera.

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