Sinaloa.- Este 2024 el cambio climático se ha manifestado con contundencia. Nuevos máximos históricos de calor y tristes imágenes de embalses secos alrededor del mundo han sido solo algunos de los fenómenos climáticos, cada vez menos atípicos, de este año.

En México, un país en el que el 72% de las lluvias caen 4 meses del año, ya tenemos algún nivel de sequía en el 79 por ciento del territorio; y en Sinaloa la sequía es total: el nivel de agua en las presas bajó ya hasta el 12.4 por ciento y la Conagua marca sequía extraordinaria en 8 y extrema en los restantes 10 municipios de la entidad.

En términos humanos, hay por lo menos 64 mil 669 sinaloenses en 68 comunidades a los que el estado no cumple eficazmente su derecho humano al agua.

Por otro lado, cuando ha habido, esta se ha manejado de manera poco eficaz, discrecional y con corrupción. Y por si esto fuera poco, se calcula que el 60 por ciento de los cuerpos de agua en el país tiene algún grado de contaminación.

La crisis hídrica es tal que a inicios de semana la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle de Culiacán (JLSVVC) dijo que este jueves 25 se cerrarían las compuertas de las presas Sanalona, Adolfo López Mateos ( El Varejonal) y José López Portillo ( El Comedero), en el centro del estado.

Pero aunque el Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Sinaloa (Cesavesin) negó esto, pues aún se tiene que surtir agua para las personas y empresas, y generar electricidad desde las plantas hidroeléctricas, la realidad de la crisis hídrica obliga a ciudadanos y tomadores de decisiones a sí actuar en el presente, pero implementando acciones pensando ya en el futuro del agua.

El futuro del agua

 

Durante un panel con el título “El Futuro del Agua”, el consultor en ley ambiental Miguel Cancino Peralta, y la doctora en desarrollo sustentable, Janeth Ortiz Ruiz, ofrecieron sus puntos de vista en torno a la cuestión de ¿cuál es el futuro del agua en el país?.

Respecto al discurso público en torno al tema de la sequía, que llama a la tecnificación del sistema de riego mediante el entubamiento de canales, Cancino Peralta opinó que la infraestructura no lo va a solucionar todo.

“Hay una parte del gobierno que siempre piensa en infraestructura y cree que a base de tubazos se va a resolver el problema y no es así”, aseguró.

“Debemos hacer planeaciones donde entendamos que cada ecosistema tiene sus particularidades y desarrollar estrategias para trabajar con la naturaleza y no en contra de la naturaleza”, propuso.

 

Se debe empezar a tomar en cuenta de ya a las comunidades por las que pasa el agua para decidir sobre su uso y manejo, advirtió el consultor, quién agregó que los Consejos de Cuenta en realidad no funcionan como representantes de los intereses de la comunidad en el manejo del recurso.

“Ahorita tenemos los consejos de cuenca, pero no se toma en cuenta  a las comunidades… esto va a empezar a generar migraciones climáticas que ya están sucediendo”, lamentó.

 

Por otro lado, Miguel Ángel recordó que el país cuenta con un sistema nacional de tratamiento de aguas residuales que no se utiliza. “Ya se hizo una inversión y muchas plantas solo guardan animales”, dijo.

A este respecto, también recomendó incentivos o subsidios para incentivar el uso del agua tratada en los campos. “Se requiere una reforma fiscal a diversos subsidios que se le puede dar a diversos sectores de usuarios del agua para prevenir comportamientos de consumo y de rehúso y reducir las desigualdades en el acceso”, propuso.

Por último llamó a la implementación de un federalismo cooperativo que empodere a los administradores locales en temas de recursos que, como con el agua, por lo general queda a cargo de instancias federales, así como apostar por soluciones basadas en la naturaleza.

“Debemos trabajar con la naturaleza, entender que las soluciones basadas en naturaleza nos van a dar la garantía de que podemos aprovechar el agua sin empezar a quedarnos sin agua ahorita y garantizar el recurso más adelante”, puntualizó.

 

Lo que ha funcionado es el autogobierno

 

Por su parte, la maestra en desarrollo local y doctora en desarrollo sustentable, opinó que las experiencias que han dado mejor resultado en cuanto al manejo responsable y justo de los recursos, han sido los autogobiernos indígenas.

Para la científica, los gobiernos han fallado en brindar una propuesta medioambiental concisa y que tenga como eje las necesidades de los pueblos “que están en estos momentos a merced de un montón de circunstancias en términos medioambientales”.

Es así que señala que: “ha habido ya una serie de circunstancias muy interesantes que han venido aconteciendo con los autogobiernos. Las comunidades indígenas que han decidido tomar sus usos y costumbres como un marco referencial para tomar decisiones”.

“Esto surge en Cherán precisamente por la sobreexplotación del bosque que estaban llevando a cabo los talamontes”, recordó.

 

Por último, coincidió con Miguel Cancino al considerar que no se podrá hablar de una gobernanza hídrica mientras ésta no empodere a los actores y representantes locales de las comunidades.

“Hay cosas que en instancias municipales no se pueden tratar aunque se quieran tratar. Los presidentes municipales con problemas en época de estiaje y sequía, tolvaneras, polvos, pues no tiene injerencia para poder abrir esa compuerta, aunque esté a la mitad de sus territorios, porque dicen que es una zona federal”.

“Hay circunstancias particularmente con el uso del agua que atañen a diferentes instancias de gobierno y que ante un problema mayúsculo, entre ellos se turnan las responsabilidades y nadie lo atiende”, lamentó.

 

Otros temas tocados por los expositores fueron el bajo costo del transporte de agua, la alta incidencia de pozos ilegales y la baja capacidad del estado para vigilar este tema; y la recomendación al uso de tecnologías innovadoras como sistemas de captación de agua y baños secos.

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