“En la naturaleza una brizna de vida se agarra a otra y todos los seres trabajan en común para crear un espacio de nueva vida”.
– Clemens G. Arvay. El Efecto Biofilia.

El Carmen, San Ignacio.- “El Jaguar es un pretexto para también conservar su hábitat y a otras especies”, mencionó la bióloga Yamel Rubio Rocha durante el Primer Encuentro de Vigilantes Comunitarios de Especies Silvestres y en Riesgo en Sinaloa.

Esto ocurrió en la Estación Biológica del Jaguar, en El Carmen, San Ignacio. Más de 25 sinaloenses de comunidades rurales de distintos puntos del estado se comprometieron a seguir fomentando la conservación de especies en riesgo, la protección de sus hábitats y la promoción de prácticas sostenibles que involucren a la ciencia, al ecoturismo y a otras actividades productivas y sostenibles en las comunidades.

Algunos, como Francisco, cuentan más de 30 años en los que recuerda innumerables decomisos de guacamaya y pericos por la región de Mesillas, Concordia; otras, como Lore y Lidia, tienen cuatro años como observadoras de aves parte del Colectivo de mujeres Las Charas, una actividad que, dicen, les ha cambiado la vida. Muchos o pocos años, estas vigilantes confirman por igual la riqueza natural de las comunidades de Sinaloa y los riesgos (incendios, deforestación, cacería y tráfico ilegal y contaminación) que al día de hoy siguen amenazandola.

Durante el evento de dos días, los vigilantes comunitarios tuvieron oportunidad de conocer el proyecto que, desde el 2008, biólogas y biólogos como Yamel Rubio Rocha y Ángeles Cruz Morelos (quien falleció) emprendieron por la conservación del jaguar en el municipio de San Ignacio; el proyecto ya supera los 15 años y actualmente lleva a cabo el tercer censo del jaguar en la zona.

En el camino, y con la suma de voluntades de las personas de El Carmen, Cabazán, San Javier, Tacuitapa y otros poblados de la región, se ha logrado que el municipio de San Ignacio reconozca al gran felino como símbolo de identidad. Para muestra de esto está el Museo Comunitario del Jaguar, administrado por mujeres de Cabazán, luego de documentarse como, efectivamente, San Ignacio es tierra del felino.

“El hecho de estar aquí nos da esperanza que, en lo local, podemos ayudar a que especies como el jaguar permanezcan un poquito más”, dijo Yamel Rubio.

 

Realizaron otras actividades, como un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) para la conservación de los recursos y biodiversidad, y firmaron una carta compromiso para el fomento de la conservación de especies en riesgo.

El encuentro, organizado por la Fundación Sinaloense para la Conservación de la Diversidad, la UAS y la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (ANCJ), y apoyado por el Fondo de Acción Solidaria (FASOL), también contó con la visita del experto en mamíferos de la Facultad de Ciencias de la UNAM y miembro de la ANCJ, Horacio Bárcenas, quién expuso a los vigilantes las diversas posibilidades que les brinda el realizar ciencia comunitaria en conjunto con investigadores y sumando proyectos que sirvan a la comunidad.

“Bajo el esquema de ciencia comunitaria ustedes pueden hacer muchísimas cosas”, les invitó.

Entre estas, propuso por ejemplo, el conformarse en una red de comités de vigilancia comunitaria y hacer difusión de su trabajo de manera coordinada. El investigador defendió que todo aquello que llama al interés de académicos y turistas hacia las comunidades, debe también dejar un beneficio para las mismas. El investigador los invitó a reconocer y valorar su conocimiento y su trabajo como guías para los foráneos en sus territorios.

Además, les compartió varios ejemplos de cómo la información recabada con ayuda de las personas de las comunidades ha servido para generar ciencia en forma de estudios publicados y tesis realizada, así como a difundir la riqueza natural de las distintas regiones del país, una acción importante para impulsar su defensa.

“Al final del día es su territorio. Ustedes son propietarios de los bosques. Valoren lo que tienen, lo que conservan”, les recordó antes de terminar la jornada con una cena donde, alrededor de un asado, se compartieron experiencias y estrecharon lazos de colaboración.

Al día siguiente, viernes 3 de mayo, vigilantes, estudiantes y científicos recibieron el alba realizando un recorrido de observación de aves y revisando algunas de las cámaras trampa que están colocadas en la zona como parte del censo del Jaguar. Antes de media mañana ya habían observado a un CaraCara Plancus a lo lejos sobre un cardón, a una pareja de Colorín Morado y un solitario Colorín Azul, a un grupo de 11 codornices e innumerables Urracas Caranegra.

A la vuelta a la estación biológica, el sol ya quemaba fuerte y el grupo regresó para, poco a poco, irse despidiendo del encuentro con el compromiso de seguir organizándose para la conservación de sus territorios.

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A continuación, la carta compromiso para el fomento de la conservación de especies en riesgo:

Declaratoria para promover el conocimiento y la conservación del jaguar (Panthera onca) y la guacamaya verde (Ara militaris), así como sus hábitats y fauna acompañante en el estado de Sinaloa.

Quienes suscribimos esta Declaratoria reconocemos la importancia de conservar el jaguar (Phantera onca) y la guacamaya verde (Ara militaris) por sus valores culturares y ecológicos siendo especies prioritarias en México; así como los bosques y selvas donde habita y la vida silvestre acompañente. Para lograrlo, manifestamos la necesidad de llevar a cabo acciones desde los diferentes sectores y grupos de la sociedad civil y del gobierno, para ello nos integramos en una red los participantes del “Encuentro Post COVID-19 de vigilantes comunitarios de especies silvestres en riesgo en Sinaloa: logros y perspectivas”, esto permitirá desarrollar acciones organizadas como las siguientes:

  • Promover la capacitación y los saberes en las mujeres y hombres de las comunidades del estado de Sinaloa para conservar el jaguar y la guacamaya verde en sus hábitats integrando las visiones y acciones de mujeres, hombres, niñez y juventudes en ello.
  • Impulsar los estudios de campo participativos en las áreas con probabilidad de existencia de las especies, así como la capacitación en herramientas técnicas que ayuden al registro y gestión de la información generada.
  • Identificar áreas prioritarias para ser susceptibles de conservación y de apoyos gubernamentales (para pagos de servicios ambientales y otros esquemas similares) con la asesoría de especialistas y la participación de los grupos comunitarios.
  • Realizar monitoreos en las áreas identificadas como prioritarias con la asesoría de especialistas y la participación de los grupos comunitarios, buscando el apoyo de instituciones educativas, de gobierno y, en su caso, de la iniciativa privada que comulge y accione para la conservación de estas especies y la naturaleza.
  • Definir con las personas y las comunidades las estrategias locales y regionales para la conservación del jaguar y guacamaya verde y sus hábitats y fauna acompañante.
  • Impulsar y fortalecer comités de participación comunitaria, con una visión holística e integrativa que permita la ciencia ciudadana como un elemento más de las formas de vida de las personas y las comunidades. Haciendo énfasis en la integración de la diversidad de pensamiento, saberes y condiciones. De vital importancia es la integración de mujeres, juventudes y la niñez para posibilitar el éxito de la conservación en territorio.
  • Promover esquemas diversos de conservación como ADVC, servidumbres ecológicas, unidades de manejo de vida silvestre (UMA´s) en la región, y otros esquemas de aprovechamiento sustentable, sostenible y responsable social y ambientalmente.
  • Apoyar la gestión comunitaria ante las autoridades pertinentes cuando se presenten contingencias ambientales en el estado de Sinaloa.
  • Realizar e instrumentar estrategias de difusión y de educación ambiental sobre el jaguar y la guacamaya verde a escala local-regional.
  • Identificar áreas de oportunidades en la obtención de fondos para realizar las acciones antes descritas.
  • Establecer vínculos con áreas cercanas a las comunidades.
  • Compartir espacios de aprendizajes, acción y desarrollo para fortalecer los vínculos, la amistad y el compañerismo entre los vigilantes comunitarios y voluntarios por la conservación.

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