Por Cristina Ibarra

Es necesario recuperar un esquema completo e integral como el que tenía ASERCA. Este sistema, creado en 1992, otorgaba asesoría técnica al campo, ayudaba a la comercialización, a conseguir crédito e incluso gestionar la exportación de las cosechas cuando fuera así necesario.

Poco a poco, el organismo fue integrando todos estos elementos mediante la canalización de créditos con la banca de desarrollo e incluso la mejora productiva de las cosechas.

Un ejemplo de esto es el gran crecimiento del rendimiento por hectáreas de las cosechas de maíz blanco. En 1991 el rendimiento de este grano era de alrededor de 2 toneladas por hectárea pero, gracias a una fuerte campaña de mejora tecnológica, uso de semillas mejoradas y otro tipo de insumos, Sinaloa empezó a tener rendimientos de hasta 14 y 15 toneladas por hectárea.

Otro de los beneficios de ASERCA era la promoción de la agricultura por contrato. Este esquema tomando como precio base la cotización del maíz en la Bolsa de Chicago, porque quien hiciera los contratos era lo mínimo que iba a pagar. Pero además de esto, también se manejaba un precio de garantía, de manera que el productor, independientemente de las fluctuaciones de la bolsa, ya sabía el precio de garantía que se le pagaría por su cosecha. Mientras tanto, el comprador seguiría pagando el precio de la bolsa.

Por ejemplo, si el precio de la Bolsa de Chicago quedaba por encima del precio de garantía,el producto salía ganando; si la situación era la contraría y el precio de la bolsa caía por debajo del precio de garantía, ahí entraba la parte de las coberturas.

Pronto, el poder hacer una gestión mucho más eficiente de los recursos y de los contratos de futuro permitió al país, por un lado, reducir el costo de los apoyos al campo, pero también el democratizar este tipo de programas para que se extendieron a estados con menos niveles de productividad.

De esta manera se buscaba asegurar que todas las cosechas de los productores mexicanos incrementarán constantemente en productividad, tuvieran créditos accesibles y que también tuvieran ya la comercialización asegurada.

 

Al final, ASERCA termina desapareciendo por completo en el año 2021 y se sustituye por Segalmex. Pero una cosa es manejar fideicomisos y hacer una distribución del riesgo y otra cosa dar un precio de garantía solamente a los productores de menos de 5 hectáreas. Ahí no se distribuye el riesgo, sino que nada más se les da apoyo sin incentivar su productividad, pues entonces queda un programa que es totalmente asistencialista. Que no incentiva el crecimiento del campo.

Todo esto vino haciendo cada vez más difícil para el productor tanto la producción como la comercialización, tema del cual no toma parte la Segalmex.

Ante esto, hay voces que llaman a la creación de una bolsa de granos mexicana, pero esto no tiene sentido si no se crean contratos a futuro con el esquema que manejaba ASERCA. Hacerlo bajo otro esquema no aseguraría el acceso a ese tipo de coberturas a todos los productores.

El Fondo Cadena, otro fondo que formaba parte del FONDEN, tenía la función de dar apoyo técnico apoyo a la productividad de los productores en México y también hacer declaratorias de emergencia por sequía o por helada y que fluyeran recursos al campo. Pero en 2021 el Fonden también desapareció.

La desaparición de ASERCA no fue problemática en 2022, pues debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, hubo buenos precios para el grano. Pero una vez normalizada la situación en 2023 y 2024, nos venimos a encontrar con que sí nos hace falta un esquema de comercialización que disminuya el riesgo,y que además acompañe al productor desde las mejoras técnicas, hasta la comercialización, la exportación y el financiamiento.

Por último, comentar que uno de los principales problemas en el campo, según estudios de la OCDE, es justamente la parte de asesoría técnica. Esto es algo que se debe de recuperar y con un sistema integral.

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Esta es una colaboración del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, para Espejo Negocios.

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