México.- Ante la certeza de que el Sistema Eléctrico Nacional no podrá incrementar su capacidad de generación en el corto plazo y que el calor generado por el calentamiento global seguirá aumentando la demanda de energía en el país, los sistemas de almacenamiento de energía se hacen cada vez más relevantes para empresas e industrias que no puedan darse el lujo de dejar de operar ante los cada vez más constantes apagones.
Tan solo hace 20 años el mundo era totalmente distinto. Aunque sus efectos ya se avizoraban, el cambio climático no era tema central en las agendas públicas, y la ocurrencia de la escasez de agua o los cortes de energía eran, en aquel entonces, entendidos más como situaciones anecdóticas que como pendientes estructurales.
Pero el tiempo pasó, la realidad nos alcanzó y las instituciones encargadas de atender estas problemáticas no han estado a la altura de las circunstancias.
Apagones llegaron para quedarse
“Los apagones van a seguir ocurriendo cada verano”, lamentó la consultora en temas de energía Valeria Amezcua. En entrevista para ESPEJO, la cofundadora de la consultora en Circularidad REGENERATIVE explicó que, con la cancelación de las subastas de energía al inicio de la administración de López Obrador, la CFE prácticamente limitó la capacidad de generación de energía del país; lo que a la vuelta de los años y con el incremento en la demanda de energía por el cambio climático, ha dado como resultado un sistema eléctrico que se ha mostrado vulnerable ante la cada vez más alta demanda de energía del país.
Lo que es más, durante los últimos años alrededor del 95% de las inversiones planeadas para transmisión eléctrica no se han realizado, aseguró. Esto deja aún más vulnerable al sistema eléctrico ante fallas generadas, no solo por las plantas de energías renovables, sino también de las termoeléctricas y centrales de ciclo combinado.
“Definitivamente seguir conectando este sistema requiere muchísima inversión en transmisión, sumamente costosa. Vamos, sumamente atrasados en inversión en transmisión”, comentó Amezcua.
Ante esto, reconoció, los esfuerzos por crear infraestructura para el almacenamiento de energía se han incrementado durante los últimos años; en Estados Unidos, California y Texas son dos ejemplos claros.
MAPA: Instalaciones de plantas de energía planeadas en Estados Unidos para 2024: en azul sistemas de almacenamiento de energía.
Por lo que toca a México, hace apenas algunos días la Comisión Reguladora de Energía (CRE) presentó ante la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), un proyecto de regulación para integrar sistemas de almacenamiento de energía eléctrica a la red eléctrica nacional. Esto con el fin de contrarrestar la variabilidad de las Centrales Eléctricas de tecnología intermitente. En pocas palabras, reducir la vulnerabilidad ante eventos de alta demanda como el que hace unos días afectó con apagones a alrededor de 20 estados del país.
Pero mientras llega está nueva realidad, las industrias y empresas mexicanas deben conocer opciones de democratización y descentralización de la electricidad que les permitan ser resilientes ante los apagones que llegaron para quedarse.
“La tecnología ya nos permite cada vez un país más descentralizado en cuestiones de electricidad… Definitivamente el almacenamiento de energía es algo que vamos a ver o ya estamos viendo en muchos países del mundo y va a ser un actor importante para lograr la transición energética”, expresó Amezcua.
“Técnicamente es posible, legalmente es posible; y pues puede ser una gran solución al problema que estamos teniendo ya hoy de apagones, porque esto va a seguir ocurriendo en cada verano; precisamente por que instalar una línea de transmisión va a tardar cinco o seis años, entonces veremos resultados hasta el próximo sexenio, o sea, del próximo al siguiente pues”. añadió.
BESS, una solución para empresas e industrias
Para asegurar la disponibilidad de energía eléctrica, una opción sustentable y que incluso abarata costos son los Sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS). Estos son, básicamente, baterías de litio recargables que almacenan energía para su uso posterior, pudiendo ser ésta de una fuente local como los paneles solares, o estar conectadas a la red eléctrica de la CFE.
Entre sus beneficios, empresas como Tesla, Huawei o Powex, destacan el sortear apagones o picos de demanda en el suministro y la reducción de costos, al almacenar electricidad durante los períodos de bajo costo y usarla durante los períodos de alto costo.
Martín Corrales, ingeniero eléctrico y fundador de la empresa de Sistemas Eléctricos Enerys, desconoce si en Sinaloa se han instalado este tipo de baterías, pero comenta que actualmente él se encuentra cotizando tres fuera del estado.
Corrales, que ha participado en sistemas eléctricos de gran calado en distintos puntos del país, comenta que esto los BESS pueden adquirirse mediante distintos sistemas, tanto compra como arrendamiento. “Hay empresas, como el caso que nos están cotizando, que quieren la opción completa para respaldo de energía, y sí hay rentabilidad. Generalmente se usan como Peak Shaving (rasurar picos de demanda) o como uso de emergencia cuando hay fallas en el suministro de energía”, dijo.
Sobre el tipo y tamaño de empresas que pueden acceder a este tipo de baterías, Corrales comentó que no importa la capacidad. “Conozco sistemas de 50 megawatts hora, en capacidad no le veo problema, pero si conozco sistemas que son muy grandes, de 50 o hasta 100 megawatts hora”.
“Lo que pasa es que cada proyecto es como una huella digital, se tiene que recabar información muy específica de cada empresa”, comentó.
Instalación de sistema de generación fotovoltaica y de almacenamiento de energía para supermercado Merco. IMAGEN: Energía Real
Baterías de litio, con prisa por abaratarse
Y aunque los costos de instalación dependen en gran medida del tipo de negocio, lo cierto es que durante los últimos años el precio de las baterías de litio se ha reducido de manera importante ante el incremento de su producción y la mejora tecnológica.
En su reciente reporte sobre baterías y transiciones energéticas seguras, la Agencia Internacional de Energía (IEA) destacó que en los últimos 15 años el costo de las baterías de litio ha caído más de 90 por ciento. “Uno de los desplomes más rápidos jamás observados en las tecnologías de energía limpias”, indicó la agencia. Este mismo reporte, pronostica que el precio caerá hasta un 40 por ciento más entre el 2023 y 2030. Por su parte, la consultora Clean Energy Associates (CEA), cree que este año los precios caerán 18 por ciento en Estados Unidos.
En este escenario, la IEA ve este abaratamiento como una posibilidad de utilizar el almacenamiento de energía para acelerar la transición energética, al fortalecer la capacidad de almacenamiento de energías intermitentes, como la solar o eólica.
“Al permitir una mayor proporción de energías renovables en el sistema eléctrico y cambiar el suministro de electricidad cuando más se necesita, las baterías ayudarán a avanzar en los objetivos establecidos en la COP28. Estas incluyen triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, duplicar el ritmo de las mejoras en la eficiencia energética y abandonar los combustibles fósiles. Para triplicar la capacidad mundial de energía renovable de aquí a 2030, se necesitarán 1.500 GW de almacenamiento de energía, de los cuales 1.200 GW provendrán de baterías”, señaló la agencia.
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