Texto y fotos: Brenda Cedillo
CIUDAD DE MÉXICO.– Como parte de las actividades organizadas por la Asamblea Interuniversitaria y Popular de la UNAM, la cual mantiene un campamento en las instalaciones de la universidad contra el genocidio en Palestina desde el pasado 2 de mayo, se realizó el primer evento cultural de mayor convocatoria durante este martes 14. La finalidad fue pronunciarse en contra del genocidio en Palestina, así como a invitar a estudiantes, trabajadores y civiles a la marcha del día siguiente (15 de mayo) del Ángel de la Independencia al Zócalo, por la conmemoración de los 76 años de la Nakba, día del exilio palestino.
El evento no sólo captó la atención de los jóvenes estudiantes de la UNAM, quienes exigen a la institución educativa que rompa relaciones con Israel. Distintos públicos se vieron interpelados por el anuncio de este evento musical. Un ejemplo son Jorge y Clara, una pareja joven proveniente de Toluca que llegó al campamento atraída por las bandas que se presentaron.
Ellos comentaron que inicialmente encontraron afinidad por la mención de bandas como Belafonte Sensacional y Los Cogelones, especialmente por los últimos mencionados, dado las letras “poderosas y directas” que hacen alusión a la liberación de los pueblos oprimidos.
Pero el hallazgo que obtuvieron al terminar las presentaciones en el contexto de la protesta contra el genocidio fue más allá del goce personal; reconocer la necesidad de unión de las voces para dar un “mensaje en común”: la libertad de los pueblos como el caso Palestino.
“Necesitamos estar juntos para dar un mensaje como este, porque siento que eso nos humaniza[…] “La lucha no es ajena a todos ellos y lo saben, por eso están aquí [refiriéndose a las bandas presentes]; comenta Clara, de ojos grandes y brillantes, después de presenciar el performance del grupo Los Cogelones.
Es en el acto de comunicar un mensaje en común, como el repudio al genocidio en Palestina, donde las expresiones artísticas parecen tener un mayor impulso, un eco que se escapa de la tradicional visión del quehacer artístico: la de situarse desde el sujeto creador, individual y solitario, ajeno a cuestiones políticas que echan a perder cualquier lienzo.
La otra forma de ver y hacer arte que evocan estos eventos culturales es reconocida históricamente por los movimientos sociales y sobre todo estudiantiles: el artista, músico o poeta es también un personaje que puede transmitir una consigna e idea importante a nivel social desde las raíces de la sensibilidad humana.
Tal posicionamiento es reubicado en estos días por los organizadores del evento musical, como menciona María Fernanda, estudiante de la UNAM que forma parte de la comisión de cultura que organizó el cartel sónico.
“La intención de estos eventos no es sólo disfrutar y escuchar, sino que funcione como un amplificador del mensaje que buscamos transmitir (…). No es suficiente con leer la historia y enseñar desde ahí, eso se queda sólo en la aulas y entre expertos; también es importante buscar otras formas de conmover o sensibilizar a las personas sobre algo que sucede y que es grave. Por eso creemos que una forma de hacerlo es a través del arte, la música”.
Así como María Fernanda, también coinciden en ese punto las bandas que se presentaron.
Dentro de las bandas más esperadas se encontraba Belafonte Sensacional, agrupación de folk-rock, la cual inició su presentación después del performance del Grupo Mexicano de Improvisación en Oposición al Genocidio, que dejó estupefacta a más de una persona.
El sonido nostálgico envolvió la tarde con la presentación de Belafonte. Las canciones tomaban un significado distinto, dado su interpretación más calmada y reflexiva. El momento en que se pronunciaba “ausencia” en una de sus letras, se hacía un especial énfasis, de tal modo, que parecía estar haciendo un guiño a un trauma colectivo sobre la profunda problemática que significan las desapariciones en México.
“Se destruye el puente, el progreso es impuntual”, canta Israel Ramírez, vocalista de la banda mexicana. Su participación se intercalaba con consignas en favor de la libertad del pueblo palestino y la postura de los alumnos organizados de la UNAM.
“La UNAM le dice NO al genocidio en Gaza”, lanza a manera de consigna.
Tras su presentación, el integrante comentó en entrevista la razón por la que decidieron tocar en el evento: “Decidimos venir a tocar porque pensamos que es importante posicionarse ante el mundo”; agregando su impresión sobre la interacción con el público: “Lo sentí como un momento cálido, como un abrazo de la gente, porque llegaron aquí por la protesta y rebeldía; eso nos dio la calidez. Es muy distinto tocar así”.
La atmósfera melancólica que trajeron consigo canciones como “Lo hice por el punk”, que sonaron en un tono distinto a como se conoce la pieza, se fue transformando cuando Emiliano, estudiante de Estudios Latinoamericanos, se colocó en frente del escenario provisional, para cortarse su trenza, momento seguido, su compañera lo rapó. El acto fue realizado en solidaridad con las mujeres palestinas, que al no poder lavarse su pelo debido a que no tienen acceso al agua, tienen que raparse.
“Este acto no cambia la situación, pero es un modo de comunicar con mi cuerpo y recordar con mi cuerpo el genocidio en Palestina”, comparte la compañera, quien también está rapada, invitando a los presentes a realizar el mismo acto solidario.
Vladimir, baterista e integrante de la agrupación de cumbia Rondalla Rondador, comenta la importancia de aportar a estas protestas a través de su quehacer artístico.
“La música nos mueve, nos pone a bailar. Y ahí se encuentra la cuestión de protesta, porque nuestros cuerpos se mueven aquí [las islas de CU] bajo una misma intención, que es rechazar lo que sucede en Gaza. La música permite el encuentro social”. La participación de su grupo fue esencial, ya que mezcló la nostalgia con los pasos básicos de la cumbia, terminando por contagiar a la mayoría de los presentes.
La intervención musical como acción directa
Otra de las bandas más esperadas fue Los Cogelones, grupo de rock experimental proveniente de la Ciudad de Nezahualcóyotl, Edo. de México, que en los últimos años ha tenido un amplio éxito en la plataforma musical independiente a nivel internacional. La agrupación mencionada, fue de las últimas bandas que dieron cierre al evento, con la alternancia de reflexiones y consignas directas acerca del genocidio en Palestina.
Desde el inicio su presentación cimbró a la multitud con un discurso (que se pronunció primero en náhuatl) que llamaba a la lucha por la liberación de los pueblos originarios, incluyendo al pueblo palestino. La escena siguiente rompió la solemnidad con su movimiento musical que atrajo al público a acercarse cada vez más al escenario de piedra volcánica. El atardecer abrió paso a un ambiente épico que movió a gran parte de los jóvenes coreando canciones y agitando sus cuerpos.
En entrevista con todos los integrantes, posterior a su presentación, se les preguntó acerca de su decisión de tocar en un evento como al que se presentaron. Respondiendo que “es importante pronunciarse sobre las cosas que suceden en el día a día, ya que como artistas tenemos una voz, somos parte de la sociedad; sobre esto que está sucediendo hemos notado que hay mucha gente que no quiere opinar, pero es necesario pronunciarse. Por eso nosotros queremos compartir que no estamos de acuerdo con lo que sucede, que esos abusos no son de ahora, sino de hace muchos años y es necesario mencionarlo, porque aquel que no conoce su pasado está condenado a repetirlo. Nuestro presente es de lucha”.
Por tal razón, consideran que el modo en que pueden intervenir es desde su trinchera musical, con letra directas que buscan alimentar la voluntad de los pueblos: “Lo nuestro es un pronunciamiento de acción directa, no un mensaje en redes sociales, porque lo que necesitas es sembrar la semilla”.
“Nos unimos a esto porque es un grito mundial de todas las comunidades”
También coincidieron como hermanos e integrantes de la banda que hay una estrecha relación entre las letras de sus canciones sobre lucha por la liberación de los pueblos colonizados y la situación en Palestina, y que así como el genocidio está siendo perpetrado allá, en otros lugares ha sucedido como un mecanismo capitalista, para el despojo de su historia y territorio.
“La forma en la que el capitalismo va a poder gobernar totalmente en el mundo es acabando con la raíz de la tierra, con los pueblos que defienden la raíz de la tierra”, comenta el guitarrista.
Así como las otras bandas participantes en el evento, coincidieron en que presentarse en el contexto de protesta, de algún modo les hace reafirmar la convicción de que se puede trabajar en comunidad: “Nos unimos a esto porque es un grito mundial de todas las comunidades” .
Desde hace tiempo me has vendido un sueño/ me has contado una historia falsa y me atormenta el pensar que esto nunca va a cambiar/ pero esta vez ya no quiero ser una sombra, esta vez quiero escribir mi propia historia. Se canta en tono de himno con las voces de la gente que disfruta del concierto.
Y desde el escenario dicen:
“Invitamos a todos los artistas a que hagan arte desde el amor, la conciencia, sin buscar complacer y que expresemos lo que en verdad estamos viviendo. Invitamos a que esas grandes bandas y artistas también se pronuncien y levanten su voz. El artista es reflejo de su pueblo. Nosotros somos reflejo de una parte de nuestro pueblo. Los que no se pronuncian son el reflejo de esa otra parte que sólo busca la individualidad”.
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Esta nota fue publicada originalmente en Pie de Página, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.
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