“Dondequiera que deambule
No podría estar más encariñado con mi gran casa
Las abejas zumban en el árbol
Para hacer algo de miel sólo para mí”.
Terry Gilkyson, The Bare Necessities.
Culiacán.- Al pensar en un jardín, muy seguramente la mayoría de las personas imaginará un espacio amplio con pastos verdes, tupido de flores y con plantas que guían el flujo del espacio mediante podas, que las transforman en infraestructura pensada exclusivamente para el disfrute estético de las personas humanas.
Está visión se basa principalmente en la concepción que tenemos de jardines europeos como los de los castillos de Versalles, en Francia, o los del palacio de Buckingham, en Inglaterra.
Pero en un contexto de cambio climático y sequía, la ciudadanía es cada vez más consciente de que mantener este tipo de jardines, a cualquier escala, presenta mayores retos para su cuidado a la vez que terminan por afectar la biodiversidad de las zonas en que se construyen.
- Jardín del Palacio de Buckingham, en Londres.
- Jardín del Palacio de Versalles en Francia.
Es así que durante los últimos años cada vez es más difundido el concepto de jardines salvajes, como una manera de re enfocar nuestro concepto de jardín hacia uno más natural y adecuado a las distintas regiones a las que los humanos hemos llamado nuestro hogar.
Para Roberto Retes Aldapa, este tipo de jardines son una alternativa viable y sostenible frente a los tradicionales espacios verdes.
Desde su empresa de paisajismo y consultoría de árboles, Kaavar, Retes Aldapa difunde el uso de especies nativas o adaptadas en las áreas verdes de casas, desarrollos inmobiliarios, empresas y otro tanto tipo de infraestructuras urbanas.
Él, asegura, puede crear un jardín japonés, inglés o mediterráneo utilizando solo plantas locales, con el beneficio añadido de que estos requerirán muy poco riego.
“Las personas viajan y se dan cuenta. Pueden ir a Japón, pueden ir a Inglaterra, a otros países; o en el mismo México a otras ciudades donde ven jardines distintos y te dicen: ‘oye, es que yo quiero un jardín como aquel’. Okay, pero estamos hablando que te fuiste a un clima distinto y difícilmente puedes utilizar aquellas plantas aquí; sin embargo hay plantas nativas con las que puedes crear un jardín estilo japonés, un estilo tropical o un estilo inglés. Sí lo puedes hacer con plantas que sean regionales o que se adapten”, explica.
Desde la zona norte de la ciudad, hacía Mojolo, Roberto nos muestra uno de sus últimos proyectos de paisajismo, el cual consiste en una serie de montículos llenos de diversas plantas que atraen decenas de polinizadores y varios colibríes a una zona que, por sus condiciones de clima y suelo, pareciera ajena a la vida silvestre. Nada más alejado de la verdad.
“En lo particular este jardín es una combinación de plantas áridas con plantas salvajes”, explica. “Me gusta mucho porque esa combinación no se ve precisamente desértica, sino que tiene color, flores amarillas, moradas, rojas, naranjas; que también lo hace un jardín tipo polinizador”.
Para Roberto, que también se dedica a iniciativas sociales de reforestación, este tipo de jardines son el ejemplo perfecto de cómo para lograr un equilibrio ambiental y hacer las cosas bien, debemos seguir los ciclos de la misma naturaleza.
“Aquí te lo voy a poner muy claro. El ejemplo más claro de equilibrio y de hacer las cosas bien hechas es la naturaleza. Y hoy en día tenemos en nuestras manos la tecnología y toda la información para lograrlo”, puntualizó.
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La publicación “El Jardín Salvaje”, publicada en 2007 por la Asociación Reforesta y la Consejería del Medio Ambiente y la Ordenación del Territorio de Madrid, indica que los jardines salvajes son aquellos pensados para imitar los ecosistemas naturales.
Está publicación, que muestra todos los pasos necesarios para la construcción de un jardín salvaje, indica también que estos presentan ventajas como el ser más durable, requerir menor mantenimiento e integrar a la fauna local; además de requerir poca agua, tema importante ante la actual sequía por la que pasa México.
“(La) diversidad nos da la oportunidad de acondicionar un jardín según la zona en la que nos encontremos, siendo evidente que, al contrario que en otros modelos de jardinería, la naturaleza silvestre deja de ser una enemiga pasando a ser una estimable aliada”, indica.
Por otro lado, diversos estudios han demostrado la capacidad de este tipo de jardines para expandir la fauna silvestre al interior de las ciudades, privilegiar la diversidad vegetal de los ecosistemas locales, y generar un espacio para la relajación y la terapia ocupacional de las personas dentro del tumultuoso devenir de la vida urbana.
Así pues, los jardines salvajes no son solo una solución estética y ecológica, sino también una necesidad pragmática en el contexto de cambio climático y escasez de agua.
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