Ciudad de México.- El creciente interés de las automotrices chinas en México ha encendido las alarmas en Estados Unidos, debido a las posibles repercusiones para la industria automotriz regional y las exportaciones.

México, situado en el epicentro de una guerra comercial entre Estados Unidos y China, se convierte en un terreno estratégico para el gigante asiático, especialmente atraído por el acuerdo comercial de América del Norte, el T-MEC.

El 1 de julio, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) manifestó su preocupación por la inversión china en el sector automotriz mexicano. China, líder en la fabricación mundial de autos eléctricos, busca expandir su presencia en nuevos mercados, y México, con marcas como BYD, MG y Great Wall Motors mostrando interés, se perfila como un candidato ideal para la instalación de plantas de fabricación que permitirían exportar a los países del T-MEC sin aranceles.

Aunque no se ha confirmado ninguna inversión concreta, los sindicatos estadounidenses han expresado su inquietud por la protección de la producción nacional. Odracir Barquera, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), aseguró que estas preocupaciones son infundadas.

“No existe tal situación; es simplemente un discurso influido por el periodo electoral en Estados Unidos y promovido por sindicatos. No hay datos que respalden estos temores expresados en Estados Unidos”, afirmó Barquera en conferencia de prensa.

 

Con la revisión del T-MEC programada para 2026, Barquera subrayó la importancia de fortalecer la integración regional entre México, Estados Unidos y Canadá, un bloque económico que ha operado conjuntamente durante más de tres décadas.

“Debemos pensar como el bloque regional que somos frente al resto del mundo. China no forma parte del T-MEC, y nuestra prioridad debe ser cómo podemos aumentar juntos la competitividad de América del Norte”, añadió.

Además de las preocupaciones sobre China, la AMIA destaca el fallo del Panel de Solución de Controversias, que favoreció a México y Canadá en su interpretación de las Reglas de Origen del Valor de Contenido Regional (VCR), en oposición a la postura más estricta de Estados Unidos. La resolución, emitida en diciembre de 2022, no ha modificado la postura estadounidense.

“Esta administración no considera conveniente cumplir con la resolución del panel sobre las reglas de origen automotriz emitida desde diciembre de 2022. Esto es desalentador en términos de cumplimiento de los mecanismos de solución de controversias del T-MEC”, concluyó Barquera.

La situación resalta la tensión en la industria automotriz norteamericana y la necesidad de estrategias conjuntas para mantener la competitividad del bloque regional en el mercado global.

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