El mercado de los vehículos eléctricos lleva meses enfrentando múltiples y muy serios retos que ponen en jaque hasta a las más grandes compañías automotrices.

Una feroz guerra de precios que lleva en vigor desde mediados del 2023 ha hecho mella en las utilidades de los fabricantes, que batallan por ver quién puede mantener precios más bajos durante más tiempo.

Tesla, empresa propiedad del magnate Elon Musk, no es la excepción, pues se ha visto superada debido a la fuerte competencia que suponen los fabricantes chinos. Por ejemplo, en el último trimestre de 2023, la fabricante estadounidense perdió por primera vez contra su principal competidor, BYD, en cantidad de unidades vendidas.

El martes 23 de abril, Tesla hizo pública la información sobre sus ingresos correspondientes al primer trimestre del año 2024, reportando un total de 21,300 millones de dólares. El dato resultó en una decepción para los analistas, quienes esperaban ingresos de 22,270 millones, según Investing.

En el mismo periodo, la empresa también registró una caída de 8.5 porciento en las entregas de vehículos. Además, en el mes de abril, se tomó la decisión de despedir a uno de cada diez empleados debido a la baja en las ventas.

Al perder su anterior hegemonía en el sector de autos eléctricos, el mercado comenzó a verse escéptico frente a la compañía. Esto se está viendo reflejado en el valor de sus activos en la bolsa de valores de Nueva York, donde las acciones de Tesla registran pérdidas de 34.74 porciento, desde el comienzo del año al cierre del miércoles 24 de abril. Esto lo coloca en el fondo de la tabla, entre las acciones de peor desempeño del índice que reúne a las 500 empresas más importantes de Estados Unidos, el S&P 500.

La caída a la fecha sería superior de no ser por el repunte de 12 porciento que tuvo la acción el mismo día, producto del anuncio de la nueva política de reducción de precios en los vehículos de la marca.

Según información recogida por Bloomberg, las perspectivas de los grandes bancos de inversión se encuentran mixtas con respecto al futuro de Tesla. Por ejemplo, Morgan Stanley se muestra optimista y espera que la compañía se recupere con fuerza. Mientras tanto, Deutsche Bank dejó de recomendar la compra de la acción y la califica como “de riesgo considerable”.

La complicada situación del mercado de automóviles eléctricos ha hecho que varias prometedoras startups de este sector terminaran desquebrajándose. Un ejemplo es la británica Arrival, que llegó a valuarse en 7.7 millones de dólares antes de declararse en bancarrota en marzo de este año sin siquiera haber vendido un solo auto. El Wall Street Journal señala:

Al menos 18 startups relacionadas con los vehículos eléctricos que entraron en bolsa en los últimos años, están en riesgo de irse a la quiebra para finales de 2024.

 

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