Culiacán, Sinaloa.- Esta tarde se realizará una marcha en Culiacán en defensa de la independencia del Poder Judicial Federal que está amenazada por la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, misma que avanzó ayer en la Cámara de Diputados, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación sea desbaratada en su estructura actual y funcione como ente sumiso al gobierno sacrificando la autonomía que le concede la Constitución.
De esta manera Sinaloa se suma a la movilización nacional que busca suspender el proceso camaral donde la mayoría abrumadora del Movimiento Regeneración Nacional y partidos satélites se dispone a sacar adelante el capricho presidencial, pues ya aprobó anoche en lo general la propuesta lópezobradorista con 359 votos a favor y 135 en contra, desoyendo voces de México y el mundo que advierten sobre las consecuencias de este disparate legislativo.
Los ciudadanos serían en un régimen democrático el eficaz dique contra el autoritarismo si estuviéramos en un país con independencia entre poderes de la unión, sin embargo, a pesar de que la aprobación de la reforma judicial significa un paso hacia la tiranía, donde un solo político decide por el pueblo, nada parece detener la tentación por concentrar todo el poder en el jefe del Ejecutivo en turno y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, da la percepción de que está cómoda con dicho atropello.
La marcha en la capital sinaloense, con réplicas en otras ciudades del estado, partirá a las 6 de la tarde de hoy del templo La Lomita y se desplazará por la avenida Obregón hasta llegar a la Catedral, convocada por organizaciones civiles no sólo en solidaridad de los trabajadores del Poder Judicial que han paralizado el aparato nacional de justicia sino en respaldo de ciudadanos a sí mismos frente a la amenaza de que la ley sea aplicada con criterios políticos determinados desde Palacio Nacional contra opositores y sectores y actores insumisos.
Esta vez se trata de ir a defender derechos fundamentales, al margen de partidos, intereses y otros divisionismos, porque si está en riesgo la Carta Magna que garantiza la igualdad ciudadana con los derechos cardinales a salvo, entonces nadie escapa de la vocación dictatorial que asoma con el régimen de la Cuarta Transformación. Expresarse de manera pacífica consiste en la última apuesta ciudadana para restablecer, con civilidad, la constitucionalidad.
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