Por Daniela Reyes | Causa Natura

En medio del desierto y de la escasez de agua, los oasis son espacios que verdecen y que han estado presentes desde hace cientos de años en las misiones, ranchos y casas tradicionales de Baja California Sur como una estrategia adaptativa a la aridez. Sin embargo, es una práctica que se pierde, de acuerdo con Lucía Corral, directora de la organización Ubanería, dedicada al urbanismo táctico para la mejora de espacios públicos.

Con la intención de recuperar y fortalecer este ejemplo de sustentabilidad local, surgieron los oasis urbanos, refugios en medio de la urbanidad que ayudan a hacer sostenibles las ciudades y la vida en el desierto.

“Las ciudades fueron una solución y ahora son un problema. Habemos muchos tratando de encontrar nuevas soluciones para que las ciudades sean símbolo de vida, eficiencia, felicidad, unión y conexión. Queremos regresarle la función ecológica a la ciudad y traer el reverdecimiento del monte a la ciudad en cada temporada de lluvias”, señaló Corral.

Los oasis urbanos son un tipo de infraestructura verde, entendida como una red de elementos que buscan generar, recuperar o imitar los servicios ecosistémicos que se han perdido por el crecimiento urbano. Al mismo tiempo es una Solución Basada en la Naturaleza, por copiar los patrones que hay en ésta y adaptarlos a un diseño de área verde.

Urbanería inició colocando infraestructura verde y árboles nativos, después integró un sistema de captación de agua que en conjunto conforman los oasis urbanos. Ahora buscan la construcción de más oasis y de su integración a un sistema de murales, ciclovías y parques que contribuyan a una ciudad más sostenible y habitable.

Los oasis urbanos: construcción de ciudades resilientes

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Oasis urbano en el Parque Hundido en San José del Cabo. Fuente: Urbanería

El aumento poblacional y el consecuente crecimiento de la mancha urbana han provocado el deterioro del suelo y la disminución de la vegetación, y han transformado estas superficies permeables en superficies erosionadas o impermeables (como el asfalto, el concreto y los techos) que impiden la infiltración del agua hacia el subsuelo.

Las superficies impermeables elevan las temperaturas y causan el “efecto isla de calor”, en el que las áreas desarrolladas se vuelven más calientes que las rurales cercanas, lo que produce mayor consumo de energía y contaminación del aire.

A través de los oasis urbanos y otros tipos de infraestructura verde se busca potencializar el 10% de espacio permeable que permita la absorción del agua en el suelo, para solventar el 90% que es impermeable por la urbanización en la ciudad de La Paz.

“Sobre todo en ciudades como La Paz que traen un crecimiento urbano muy grande impulsado por el turismo, por el paraíso en el que vivimos, necesitamos solventar esa pérdida de suelo y potencializarla. El oasis urbano hace precisamente eso con base en un diseño que da solución a un problema”, señaló Omar Rodríguez López, director de Movilidad y Espacio Público del Ayuntamiento de La Paz.

La Paz es una ciudad del estado de Baja California Sur que pertenece a una región conocida como el desierto sonorense que incluye estados de América del Norte y del noroeste de México. Entre otras cosas, esta región se caracteriza por un clima muy seco, temperaturas que superan los 40 grados centígrados en verano y lluvias escasas.

En Hermosillo, Sonora, que forma parte de esta región, se demostró a través de una tesinaque el aumento de un 10% de la cobertura vegetal tiene el potencial de disminuir la temperatura superficial del terreno en un 1.1°centígrado, lo que deriva en un microclima.

De 1980 a 2021, La Paz registró una temperatura máxima diaria de 40 grados centígrados durante la temporada de calor (mayo a septiembre), la lluvia total anual promedio del estado de Baja California Sur no supera los 200 milímetros y hasta 2018 la Comisión Nacional del Agua (Conagua) calculó que el déficit de agua en el principal acuífero que abastece la ciudad era de 7.4 millones de metros cúbicos, cifra que hoy podría ser mayor.

“Vivimos en un lugar que no tiene un clima fácil. Tenemos condiciones particulares en cuanto a la cantidad de agua que cae y entonces necesitamos que haya espacios que capturen, retengan e infiltren el agua para que se pueda recargar nuestro acuífero. Yo no creo que los oasis urbanos sean la solución, creo que solos aportan una parte, pero los podemos integrar con otras soluciones basadas en la naturaleza que nos ayuden a lograr eso”, señaló Alejandra García, encargada del programa Agua y Ciudad en la organización Niparajá.

Los oasis tienen el componente ecosistémico de incluir vegetación nativa que ya está adaptada al clima local y los elementos físicos del suelo para conservar y restaurar la cuenca a través de un sistema de captación de agua que ayuda a eficientar recursos como el agua, brinda sombra y hace habitable la ciudad, y promueve la identidad local.

Los oasis ayudan a construir ciudades más resilientes, al adaptarse mejor a las adversidades o cambios, ya que la vegetación nativa resisten la escasez de agua y aridez, al mismo tiempo que crea microclimas; hábitats para especies, mejora la calidad del aire y eficienta el uso del agua.

Oasis para fortalecer los espacios públicos y la identidad

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Oficinas de Urbanería en La Paz con mural que promueve la identidad local y un oasis urbano con especies nativas. Fuente: Daniela Reyes

“A mí me gustaría que todos sintiéramos que vivimos cercanos a la naturaleza. Que aunque no vivas en el monte o en la playa puedas salir de tu casa y disfrutar de las aves, flores o tener la sombra del árbol que invita a convivir con los vecinos”, señaló Corral.

Inspirada por esta premisa y en respuesta a la falta de espacios públicos de calidad, inició junto a sus amistades un movimiento que realizaba intervenciones de urbanismo táctico. Con herramientas básicas, pallets donadas y pintura, reforestaron, construyeron mobiliario y pintaron murales en espacios estratégicos a petición de la comunidad.

“Las colonias con mayores problemas no tienen espacios públicos, pero a veces no es necesario tener un parque súper equipado, a veces un árbol es suficiente. Entonces empezamos con estos proyectos pequeñitos de construir bancas de pallets primero y reforestar, porque pues era lo que se necesitaban, lugares para sentarse y pérgolas”, señaló Corral.

El proyecto de crear un parque lineal en el arroyo El Cajoncito en colonia Bellavista en 2014, llevó a Corral a fundar Urbanería, una organización dedicada al urbanismo táctico en donde ahora es directora. Lo que ella visualizaba como un proyecto pequeño tuvo la respuesta de 130 personas que construyeron una ciclovía, tomaron charlas de permacultura y sembraron árboles nativos que permanecen hasta hoy y que inclusive otros vecinos empezaron a replicar en el frente de sus casas.

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Intervención para construir un parque lineal en El Cajoncito en 2012. Fuente: Sandra Muñoz

“Lo principal para que un oasis urbano funcione es el involucramiento de la comunidad y el entendimiento de por qué es importante, por qué deberíamos conservarlo, por qué son importantes las plantas nativas. Esto también va relacionado con entender lo que estamos viviendo en La Paz desde cómo nuestra cuenca está sobreexplotada y por eso necesitamos aprovechar todo el agua que cae en la ciudad de La Paz; porque cae agua a través de huracanes pero se escurre y se va al mar. Puedes construir un oasis urbano en donde si no participa la gente y no entiende esto, va a ser un espacio que al final nadie va a querer conservar”, señaló García.

En los talleres que Urbanería realizaba para crear los proyectos con la comunidad, Corral empezó a ver cómo las personas estaban ávidas de participar y cómo se empoderaban a partir de desarrollar nuevas capacidades o al ponerlas al servicio de la comunidad.

“En los talleres me doy cuenta de los talentos locales y que lo hacen mejor que nosotros. Nada más necesitaban la idea, las herramientas y estar ahí. Me di cuenta que eso es lo que hay que hacer, brindar oportunidades para que las personas participen. Hemos tenido gente que ha descubierto sus pasiones ahí, que ha decidido qué carrera estudiar a partir de tomar nuestros talleres, que ha abierto su carpintería a partir de tomar nuestros talleres. Tiene implicaciones más allá de las que podemos medir”, compartió Corral.

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Derecha: Construcción de un oasis urbano en las instalaciones de Niparajá. Izquierdo: Talleres para construir el oasis urbano en Parque Hundido. Fuente: Urbanería

Así la ciudad se fue llenando de árboles con bancas y pérgolas de pallets, murales y cruces peatonales a petición de la comunidad. Eran proyectos que se realizaban gracias a las colaboraciones con otras organizaciones como Noroeste Sustentable, Cómo Vamos La Paz, Raíz de Fondo, BCSicletos, instituciones como la Universidad Autónoma de Baja California Sur, la Universidad Nacional Autónoma de Baja California Sur (UABCS), el Ayuntamiento de Los Cabos y de La Paz y, privados, como Fundación Hogares, entre otros.

“Hacíamos proyectos pequeñitos pero muy fuertes y de muy bajo costo. Nuestra idea era que fueran soluciones rápidas y fáciles de construir, de bajo costo económico, con poco impacto ambiental y poco nivel de riesgo. Después empezamos a elevar la complejidad del proyecto hasta que llegamos a la más eficiente, barata y rápida de construir”, señaló Corral.

Oficialmente, en 2019, impulsaron los oasis urbanos cuando participaron en una intervención en la Preparatoria José María Morelos y Pavón, que a su vez fue el primero que hizo Niparajá. Al ser dentro de una institución, la construcción del oasis fue el pretexto para la creación e integración de una taller de infraestructura verde en la currícula de la institución, pero que debido a cambios en la administración se descontinuó.

También hicieron un oasis urbano en la Dirección Municipal de la Juventud de La Paz, en el Jardín de Niños María Luisa Navarro, en la UABCS, en El Sargento, en el Parque Hundido de San José del Cabo y en el campus de la UABCS en Loreto.

Después de varios proyectos, Niparajá, Ubanería y Ecology Project International (EPI) México crearon la Alianza de Oasis Urbanos que en conjunto hicieron el oasis urbano en el Ayuntamiento de La Paz en 2020.

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Oasis urbano en el Ayuntamiento de La Paz con mil 400 metros cuadrados, una microcuenca de 121 metros cuadrados y un pozo de absorción. Fuente: Daniela Reyes

“Ese ha sido uno de los más grandes y de los más exitosos. Ahí se inundaba un estacionamiento y a partir de la construcción del oasis ya no se inunda. Hay muchas plantas donde no había y hay plantas nuevas que llegaron porque las aves trajeron las semillas. Ahí me di cuenta de que no tienes que esperar cinco años para ver el cambio porque a las dos semanas ya había correcaminos y gaviotas en el oasis”, explicó Corral.

Actualmente, hay un manual de construcción elaborado por la Alianza Oasis Urbanos que ha sido utilizado por particulares e instituciones como el Instituto Municipal de Planeación del Ayuntamiento de Los Cabos, que replican este tipo de proyectos.

“Nosotros no tenemos ni el recurso ni la capacidad para hacer toda una ciudad, pero sí tenemos la capacidad para invitar a la gente a participar y hacer como modelos con la idea de que se convierta en una política pública. No es un capricho, necesitamos tener un buen ecosistema para los humanos y ese ecosistema es nuestra ciudad”, expresó Corral.

Actualmente Urbanería es donataria autorizada y tiene la capacidad de recibir donativos deducibles de impuestos, por lo que su forma de trabajar consiste en diseñar proyectos a solicitud de una comunidad interesada y buscar financiamiento a través de convocatorias o patrocinadores para ejecutarlo.

Una meta conjunta de la alianza es la de construir dos oasis o algún otro tipo de infraestructura verde al año, con la posibilidad de superarla o aumentar el tamaño de los oasis cada vez.

Este 2024 van a realizar una segunda etapa del oasis en la UABCS y en el kinder Johann Heinrich Pestalozzi, ambos en La Paz y que van a beneficiar a más de 447 personas en conjunto.

Creando una ciudad red

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Camellón choyero en el Boulevard Constituyentes de la ciudad de La Paz. Fuente: Ayuntamiento de La Paz

Corral señaló que buscan consolidar el proyecto de oasis urbanos en La Paz a través de mejorar su conexión con arroyos, camellones, parques, banquetas, cerros, manglar, playa, jardines, espacio público, escuelas, plazas y con el transporte público o ciclovías. La conectividad y colocarlos en lugares estratégicos es importante para que estos proyectos tengan un impacto significativo.

“Un oasis puede ayudar de manera local. Pero si lo ponemos en gran escala como oasis urbanos conectados con otras áreas verdes y si se ubican en la parte alta, media y baja de la cuenca puede tener un mejor impacto. Creo que ahí depende mucho de la planeación a futuro e integral con la que se piense construir. No es lo mismo tener un oasis urbano aquí que allá y allá y tener cinco, a tenerlos de manera planeada. Es construir una red de soluciones basadas en la naturaleza”, explicó García.

Para esto, Niparajá organizó talleres con instituciones y organizaciones de la sociedad civil , cuyo resultado fue un análisis que ubica los sitios donde se pueden implementar soluciones basadas en la naturaleza en la ciudad.

“Fueron varios criterios como la pendiente, la susceptibilidad de inundación, el número de habitantes, áreas de conservación y restauración, la presencia de arroyos, etcétera. Lo que queremos es justamente compartirlo con el Ayuntamiento de La Paz para que tomen en cuenta estos sitios prioritarios en los proyectos que realicen”, señaló Gracía.

Por su parte, el Ayuntamiento de La Paz ha brindado las facilidades para que se realicen los oasis urbanos e inspirados en los oasis iniciaron con los camellones choyeros, llamados así por la choya, una planta característica de Baja California Sur; además de un acciones de reforestación de parques que se unen a esta red de soluciones basadas en la naturaleza en la ciudad.

“Es un camellón con diseño paisajístico que viene a simbolizar dentro de la idea del paisaje, simboliza los arroyos o el mar y tiene una forma cóncava como profundidad con un poco de piedra que es una representación de los arroyos. Cuando llueve, esto almacena agua y las plantas la van absorbiendo. Lo otro son los parques, que son áreas grandes los parques que tienen todas las cualidades para ser oasis urbanos”, señaló Rodríguez López.

El Departamento de Infraestructura Verde del Ayuntamiento de La Paz ha incorporado jardineras con micro cuencas en 4 mil 120 metros cuadrados del Boulevard Forjadores, y más de 16 mil metros cuadrados de Camellones Integrales.

“La visión es tener una ciudad integrada en la naturaleza. Es plasmar toda una red en la ciudad, tanto de oasis urbanos o parques, como camellones, cerros, manglares, arroyos que cruzan toda la ciudad, poderlos empalmar entre ellos y buscar una conectividad entre todos los espacios. Y sea una ciudad integrada a su ecosistema y a la misma biodiversidad que va a estar generando, acondicionando y beneficiando los servicios ambientales como fijación de carbono, captación de agua, etcétera”, señaló Carlos Rodríguez Malpica, director general de Gestión Integral de la Ciudad del Ayuntamiento de La Paz.

Para que iniciativas como la de los oasis urbanos y de los camellones choyeros continúen, Rodríguez Malpica señaló que hay un instrumento de infraestructura verde que incluye una paleta vegetal urbana, que está a la espera de ser presentado ante el Cabildo de La Paz para su posterior aprobación y se espera que sea integrado en el nuevo Plan Municipal de Desarrollo (PMDU) 2024-2027.

“Se creó un instrumento que permite hacer la conexión enfocada a esta infraestructura verde en proyectos puntuales, acorde a lo que se necesita. Al final, estamos vigilando que se homologue una mejor imagen de la ciudad. Y lo más importante, o sea, tanto el mapeo de lo que tenemos y hacia dónde nos queremos dirigir. Para nosotros es importante que quede como firme para que sea una guía para que continúe porque al final nosotros entendemos que la particularidad de los directores es que no hay continuidad y entendemos que las políticas públicas y prioridades cambian, por eso queremos que haya una guía para quien venga”, señaló Rodríguez Malpica.

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Este trabajo fue realizado por Causa Natura. Para consultar el contenido original, dar clic aquí.