Culiacán, Sinaloa.- En la labor de rapa que hizo la recién concluida 64 Legislatura del Congreso del Estado la noche del viernes 20 de septiembre, se le suprimieron a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa artículos que establecían la no reelección del rector, la instalación del Tribunal Universitario y fueron suavizados requisitos importantes de idoneidad para quien aspire a dirigir a la casa de estudios, quitándole al ordenamiento importantes propuestas contenidas en las 36 iniciativas ciudadanas supuestamente tomadas en cuenta en el proceso legislativo.

Sospechosamente, la rasurada al proyecto de decreto que horas antes había sido presentado íntegro se efectuó en la sesión secreta que la Cámara realizó en una sede alterna, después de que los actuales directivos de la UAS y sus huestes realizaron presión en el salón de plenos del palacio legislativo para impedir la aprobación de la nueva ley interior de la Universidad.

 

El Congreso no le explicó a la opinión pública por qué procedió a trasquilar preceptos importantes a la Ley Orgánica tales como impedir la reelección como medida de contención a maximatos y cacicazgos que se instalan en el campus, instalar el Tribunal Universitario creando equilibrios frente al Consejo Universitario que decide según le dicte una persona y no la comunidad universitaria entera, así como impulsar que sólo quien tenga la mejor carrera académica y proyecto de conducción institucional pueda desempeñar el cargo de rector.

Al salir con una Ley Orgánica cercenada en lo oscurito se dañó la larga jornada que los universitarios han empujado para hacer posible que la UAS finque su destino en la academia de mejor calidad, libertades garantizadas a estudiantes y trabajadores, transparencia en el manejo de recursos públicos frente a derroches y corruptelas hoy judicializadas contra funcionarios del este centro educativo y equidad de género en las instancias de dirección institucional.

Más recientemente, se esperaba que el gobernador Rubén Rocha Moya enmendara las omisiones del Congreso y sí regresó el decreto a la Cámara para la respectiva corrección, pero con observaciones que no contemplaron los absurdos de la reelección y la eliminación del Tribunal Universitario, remarcando de esta manera el golpe al movimiento reformista impulsado por  estudiantes y académicos y el predominio de decisiones políticas todavía no esclarecidas del todo.

Más información sobre la Ley Orgánica de la UAS: