Sinaloa.- Mientras que el Gobierno de Sinaloa celebra la designación de Topolobampo como uno de los 14 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar del país, líderes de los pueblos originarios que habitan en la región dudan que ese desarrollo y bienestar vaya a beneficiar a sus comunidades.

Por el contrario, advierten que el desarrollo propuesto por las empresas transnacionales y apoyado por los gobiernos no consideran su derecho a decidir sobre el territorio ni respeta sus formas de vida.

Los megaproyectos planeados suponen una amenaza hasta existencial para las comunidades Mayo-Yoreme. Y ante esto proponen un desarrollo desde abajo, basado en los saberes, ecosistemas y economía regional de las comunidades.

“Para nosotros, eso no es desarrollo”, señaló el gobernador tradicional indígena de Ohuira y Paredones, Felipe Montaño. “Son espejos que el gobierno da a la ciudadanía”, añadió.

“Una amenaza a nuestra existencia”

Melina Sandoval, activista Mayo-Yoreme originaria de la comunidad de Lázaro Cárdenas, señala que el desarrollo ofrecido por los megaproyectos que buscan instalarse en Topolobampo son una amenaza existencial para las comunidades Mayo-Yoreme que habitan la bahía de Ohuira.

Con un total de siete megaproyectos planteados en la zona, el sentir de los pueblos afectados es que el gobierno está entregando su existencia, su salud y su libre determinación, lamentó.

Las comunidades se sienten arrolladas, “quien nos debería de proteger nos está entregando”, contó.

Al disponer de territorios propios y preservados por las comunidades Mayo-Yoreme, el gobierno y las empresas transnacionales limitan que estos sigan desarrollando su vida y cultura. Las plantas de amoniaco, de gas fósil licuado y de metanol, añadió, afectarían sus territorios que son sitios sagrados, los harían migrar hacia otros lugares y provocarían la pérdida de saberes, usos y costumbres.

“Nosotros somos gente de la ribera, que sabe vivir de la ribera. Pero si llegas y me enfermas mi ribera tengo que correr a otros lugares donde yo conviva con ese espacio que es la Juya Ánia, que es el mundo del monte, con la Baahue Ánia, que es el mundo del mar; que es donde estamos nosotros, donde somos, donde pertenecemos y donde existimos”, explicó.

“Para nosotros este desarrollo es tener una muerte lenta, paso a paso, y erradicarnos de lugar”, añadió.

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Mapa de las Bahías de Ohuira y Navachiste, al norte de Sinaloa.

Un desarrollo verdadero

Contraria a está visión de desarrollo y bienestar, que no incluye ni beneficia directamente a las comunidades en la que estos megaproyectos buscan instalarse, Melina propone una visión desde los pueblos Mayo-Yoreme basada en los saberes, ecosistemas y economía regional de las comunidades ribereñas.

Desarrollo sería analizar lo qué sabemos hacer en las comunidades, potencializar esas habilidades que tenemos en los pueblos originarios, potencializar a esos jóvenes profesionistas que ahorita tenemos en las comunidades. Eso sí sería un desarrollo de manera local”, consideró.

“Para nosotros en sí el desarrollo es potencializar lo que sabemos hacer y para lo que estamos preparados”, añadió.

Antes que buscar la instalación de proyectos que pongan en riesgo su salud, su cultura y sus modos de vida, las autoridades deben mejorar las condiciones de comercialización de los productos generados en las comunidades y aprovechar la riqueza natural de los ecosistemas y áreas protegidas para crear proyectos que generen recursos al tiempo que se cuida la naturaleza.

“Ese tipo de desarrollo es el que nosotros visibilizamos porque es lo que sí va a generar una economía, un reconocimiento y conservación de la propia naturaleza. Es seguir explotándola, pero explotarla en conocimiento para las demás personas y que aprendan a respetar”, llamó.

Si las autoridades buscan promover otro tipo de desarrollo, deben buscar que este sea compatible con las formas de vida de las comunidades originarias “para tener un desarrollo sin tener que terminar con los pueblos”, puntualizó.

Secretario de Economía, Ricardo Velarse, comentando los megaproyectos en el puerto de Topolobampo.

“Hemos hecho la tarea”

Durante la conferencia semanera de este lunes 26 de mayo, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, presumió que la presidenta de México haya considerado a Topolobampo como un polo de desarrollo para el bienestar.

“Esto no ha sucedido por obra del espíritu santo, nos hemos movido para que las cosas ocurran”, expresó al indicar que los siete megaproyectos que se busca desarrollar en la zona colindante al puerto de Topolobampo, supondrían una inversión total de más de 13 mil millones de dólares y la generación de más de 30 mil empleos.

Este logro, añadió, es producto de una intensa labor de promoción de inversiones de parte del Gobierno de Sinaloa, con la cual se ha superado la meta sexenal de inversión extranjera directa de 2 mil millones de dólares. Pero una vez superada, el gobierno la amplió buscando alcanzar los 3 mil millones.

Para el secretario de economía de Sinaloa, Ricardo Velarde, el puerto de Topolobampo cumple con todos los requerimientos para hacer realidad un futuro industrial para Sinaloa y alcanzar está nueva meta de inversión.

Para esto, el Gobierno de Sinaloa ofrecerá una serie de estímulos fiscales a las empresas que se instalen en dicha área, en una zona ya determinada de 295 hectáreas propiedad del Gobierno bajo el fideicomiso Foinfra, el cual busca promover el desarrollo industrial.

Uno de estos beneficios es la deducción del 100 por ciento del impuesto a bienes nuevos y activos fijos, así como la deducción del 25 por ciento en impuestos por gastos de capacitación e innovación.

“Topolobampo fue elegido por contar con diferentes ventajas como es la ubicación, la conectividad que tenemos, la capacidad de energía y los servicios, así como los grandes proyectos que se están dando en la zona”, explicó.

Además de la planta de Amoniaco de GPO (Suiza-Alemania), en Topolobampo también se planea instalar la planta de metanol más grande del mundo, Mexinol (EUA); una planta de licuefacción de Gas Fósil de Sempra Energy (EUA); una planta de hidrógeno verde de DH2 energy (España), un parque industrial llamado Puerta Pacífico y la carretera Topolobampo-Choix-Chihuahua, para dar conectividad al área.

No directamente en Topolobampo, pero conectado con el puerto, también se planea construir una mina de cobre en Choix con el nombre de Oroco Resource Corp (Canadá).

Ante estos planes, el gobernador tradicional indígena, Felipe Montaño, reconoció que los megaproyectos que actualmente se desarrollan e impulsan en Topolobampo sí traerán desarrollo, pero no para las comunidades, sino para los políticos y grandes empresarios.

“El desarrollo lo quieren hacer pisoteando nuestros tratados internacionales, nuestros derechos como pueblos originarios, porque ni siquiera toman en cuenta a las comunidades… No es un desarrollo realmente para nosotros, es para ellos, el desarrollo es para ellos, a costa de los pueblos originarios, a costa de nuestros territorios, a costa de nuestros mares”, lamentó el líder indígena.

En contraparte, añadió, las empresas transnacionales buscan dar a los pueblos que serán afectados por los megaproyectos planeados en la zona “cualquier dádiva” para tenerlos alegres.

Pero las comunidades, advirtió, nunca accederán a que se contamine su bahía, se dañe su medio ambiente y se agoten sus fuentes de vida.

Por su parte, Melina Sandoval añadió que todo lo que ofrecen estos proyectos para la comunidad (hospitales, mantenimiento de centros ceremoniales, limpieza de la bahía), son cosas que deberían estar garantizadas por los gobiernos federal, estatal o municipal.

Actualmente, añadieron ambos líderes indígenas, los pueblos mayo-yoreme que habitan en la bahía de Ohuira siguen su lucha legal contra la instalación de la planta de amoniaco de GPO. Tras agotar las instancias nacionales, elevaron la lucha a lo internacional y actualmente se encuentran esperando una evaluación de la ONU en torno al proyecto.

Además, también se encuentran atentos a los procesos de asambleas informativas y próximas consultas que habrán de realizar aquellas transnacionales que busquen instalarse en la zona, como actualmente lo hace Sempra Energy con la intención de instalar una planta de licuefacción de gas fósil en el puerto.

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