México.- El Acuerdo de Suspensión del Tomate Fresco de México a Estados Unidos ha sido, por décadas, la columna vertebral del comercio de este vital producto agrícola entre ambas naciones. Sin embargo, en pleno junio de 2025, el futuro de este pacto pende de un hilo, con la inminente aplicación de un arancel que podría reconfigurar la industria. Para comprender la trascendencia de este momento, es crucial desentrañar qué es este acuerdo, cómo opera y por qué su continuidad es de vital importancia.

¿Qué es el acuerdo de suspensión del tomate? Una solución antidumping

El Acuerdo de Suspensión (ASA, por sus siglas en inglés, Suspension Agreement) es un pacto negociado entre el Departamento de Comercio de Estados Unidos y los exportadores de tomate fresco de México. Nació como una alternativa a la imposición de aranceles antidumping que Estados Unidos amenazaba con aplicar, tras acusaciones de que los productores mexicanos vendían sus tomates a precios injustamente bajos en el mercado estadounidense, perjudicando a los agricultores locales.

“Este acuerdo permite suspender una investigación antidumping a cambio de que los exportadores se comprometan a vender su producto por encima de un precio de referencia”, explica la Secretaría de Economía de México en sus comunicados sobre el tema (gob.mx/se). En esencia, es un mecanismo para evitar una guerra comercial arancelaria directa, estableciendo reglas claras de juego en el precio.

¿Cómo funciona? reglas claras para evitar la competencia desleal

El funcionamiento del acuerdo es relativamente sencillo, pero sus implicaciones son complejas:

  • Precio de Referencia (o “Precio de Entrada”): Los exportadores mexicanos se comprometen a no vender sus tomates a un precio inferior a un mínimo acordado. Este precio se ajusta periódicamente y varía según la temporada y el tipo de tomate (redondo, roma, etc.). La última versión del acuerdo, firmada en 2019 y ahora en riesgo, incluyó mecanismos de monitoreo más estrictos y requerimientos de inspección.
  • Monitoreo y Cumplimiento: El Departamento de Comercio de EE. UU. supervisa el cumplimiento de estos precios. Si se detectan violaciones, el acuerdo puede romperse y reabrirse la investigación antidumping, lo que llevaría a la imposición de aranceles.
  • Voluntariedad: Los exportadores no están obligados a adherirse al acuerdo. Sin embargo, aquellos que no lo hacen quedan sujetos automáticamente a los aranceles antidumping que determine el gobierno estadounidense, haciendo la participación prácticamente obligatoria para mantener la competitividad.

Desde una perspectiva académica, este tipo de acuerdos bilaterales son comunes en el comercio internacional como “mecanismos para gestionar disputas comerciales sin escalar a aranceles que podrían dañar a ambas partes”, según un análisis del Servicio de Investigación del Congreso de EE. UU. (CRS), que frecuentemente publica informes sobre el comercio agrícola (crsreports.congress.gov).

¿Por qué su futuro importa? impactos multidimensionales

La reciente notificación del Departamento de Comercio de EE. UU. en abril de 2025, señalando su intención de retirarse del acuerdo a partir del 14 de julio de 2025, y la consiguiente amenaza de imponer un arancel del 20.91%, subraya por qué la continuidad de este pacto es crucial;

Impacto en la Rentabilidad de Productores Mexicanos: Un arancel del 20.91% significaría un encarecimiento directo del tomate mexicano en el mercado estadounidense. Esto reduciría drásticamente los márgenes de ganancia, amenazando la viabilidad de miles de productores, especialmente en estados como Sinaloa, donde la exportación de tomate es un pilar económico.

“La imposición de aranceles es un golpe directo a la competitividad que puede forzar a los productores a buscar mercados alternativos o a reducir su producción”, advierte un economista agrario de la Universidad Autónoma Chapingo, especializado en comercio agrícola.

Efectos en la cadena de suministro y consumidores de EE. UU.

Aunque el arancel busca proteger a los productores estadounidenses, podría tener consecuencias no deseadas. Un tomate mexicano más caro o en menor volumen podría llevar a un aumento de precios para los consumidores estadounidenses y a una menor disponibilidad, especialmente fuera de las temporadas de cosecha en EE. UU. El Servicio Agrícola Exterior del USDA (FAS) monitorea constantemente estos flujos y sus informes muestran la interdependencia de ambos mercados (fas.usda.gov).

El tomate ha sido históricamente un punto de fricción en la agenda comercial entre México y Estados Unidos. La posible ruptura del acuerdo añade una nueva capa de tensión y representa un desafío para la diplomacia comercial entre ambas naciones en un momento de reconfiguración global.

La forma en que se resuelva este conflicto podría sentar un precedente para futuras disputas sobre otros productos agrícolas o industriales que también son objeto de comercio intenso entre ambos países.

La Secretaría de Economía de México ya ha manifestado su compromiso de buscar una negociación para renovar el acuerdo y evitar la imposición del arancel, subrayando la importancia estratégica de este comercio para la economía nacional. El futuro del tomate en el mercado de América del Norte está, una vez más, en el centro de la mesa de negociaciones.

Más información sobre el dumping y el acuerdo de suspensión del tomate

Dumping del tomate mexicano: 5 cosas que debes saber sobre el conflicto con Estados Unidos
¿Qué es el dumping del tomate mexicano?