Culiacán, Sinaloa.- Para financiar sus estudios de bachillerato, Luis Martín Ibarra López abrió una tortillería, las utilidades del negocio le permitieron pagar sus estudios universitarios de fisioterapia. Y de nueva cuenta, a sus 25 años decidió emprender con otro proyecto de residencia geriátrica. Dice que tiene un gen emprendedor, pero si Proeduca no lo hubiera encauzado, posiblemente no lo habría desarrollado.

Luis Martín estaba en quinto grado de primaria en la escuela Agustín Melgar cuando formó parte del programa Juguemos a Emprender, denominado en aquel entonces Pequeño Niño Empresario. Junto a la metodología del emprendimiento, recuerda que aprendió de autoconocimiento, cómo resaltar sus habilidades, que fue más como un impulso para motivar a los niños para encontrar soluciones, para escalar y ponerse metas altas.

“Considero que el objetivo del programa siempre fue ese, darte a entender a que siempre tenías que aspirar a ser algo más de lo que estabas posicionado en ese momento, y que un camino para cumplir ese objetivo era el emprendimiento”, refiere el empresario, Luis Ibarra.
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Al cierre de abril de 2023 se han graduado más de 80 mil estudiantes de este programa, a través del cual Proeduca Sinaloa IAP les ayuda a crear estrategias financieras, explicó Marisol Rodríguez Pérez, coordinadora operativa de Juguemos a Emprender.

Detalló que actualmente la organización sin fines de lucro tiene presencia en 11 municipios de Sinaloa: Escuinapa, Rosario, Mazatlán, Elota, Angostura, Badiraguato, Choix, Ahome, Guasave, Navolato y Culiacán, sin embargo, solo tienen presencia física en Mazatlán, Culiacán y Navolato, mientras que en el resto de los municipios la presencia es virtual.

Se enfocan principalmente en instituciones que se ubican en zonas vulnerables, el programa se compone de 10 clases en las que se habla desde el autoconocimiento, hacen ejercicios de introspección en la idea de desarrollar algunas habilidades como la creatividad, que jueguen a crear la empresa, a desarrollar productos, hasta llegar a la práctica de todos los conocimientos que adquieren en el taller.“En sí como finalidad del proyecto tenemos que los mismos estudiantes participen de una manera activa en dinámicas, en actividades lúdicas, orientadas a despertar su espíritu emprendedor, con esto lo que queremos es que ellos puedan proponer y desarrollar un producto o un servicio, que atiendan algún tipo de necesidad que ellos puedan ver u observar en su colonia, que vean qué problemática existe, que ellos mismos traten de mejorar su entorno, que en un futuro ellos puedan replicar esta experiencia y alcanzar esas metas que ellos mismos se puedan ir proponiendo”, explicó Marisol Rodríguez.

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Cada semestre se gradúan más niños de Juguemos a Emprender donde no solo se enseña a poner una empresa, sino que se engloban otras cosas donde se habla de todo lo que eso conlleva, responsabilidades, la importancia de seguir estudiando y sentirse más seguros de que pueden lograr ser empresarios pero que se tienen que seguir preparando.