Texto: Arturo Contreras Camero

Ciudad de México.- “Si hay capacidad para mover a 726 personas, eso nos habla de la magnitud de la problemática de seguridad que deben enfrentar. Estos hechos son la punta del iceberg”, responde Sergio Luna, director del albergue La Sagrada Familia en Apizaco, en el pequeño estado de Tlaxcala.

El pasado domingo, a través de un comunicado de prensa, el Instituto Nacional de Migración dio a conocer el hallazgo de 726 personas originarias de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador y Nicaragua. Entre ellos se encontraban 75 menores sin compañía de sus tutores, 108 mujeres, 399 hombres y “144 personas integrantes de 45 núcleos familiares”, según decía el comunicado.

A todos los encontraron en un bodegón.

Nuevas rutas, viejas prácticas

El fenómeno no es nuevo, comenta en entrevista el director del albergue. De hecho, es una situación que se ha fortalecido en los últimos años. El tráfico de personas sigue calentándose mucho, sobre todo por las prácticas de detención migratoria, asegura.

“Ante la implementación de operativos de detención en puntos de las rutas donde se están generando más prácticas de aseguramiento y detención, las personas migrantes se están viendo obligadas a tratar de evadir estos retenes y lo están haciendo rodeando, buscando otras rutas más peligrosas o clandestinas, o como podría ser en este caso, con la utilización o el enganchamiento de redes de tráfico de personas”, dice.

Recuerda un momento en particular para respaldar lo que dice. Fue en 2023, cuando varios medios de esa localidad contaron al menos mil 323 migrantes “rescatados” por las autoridades migratorias. Rescate es como eufemísticamente nombra el Instituto Nacional de Migración a estos hallazgos de migrantes que normalmente son deportados.

“Debe de haber una gran capacidad operativa de los grupos de trata de personas ¿Quién mueve a 700 personas en dos tráileres con este cierto grado de libertad? Creo que no es un hecho aislado, ya hay muchas otras entidades donde siempre se ha conocido este tipo de hechos. En Tlaxacala, las autoridades han detectado grupos numerosos donde viajan personas hacinadas en tráilers”, recuerda.

A pesar que desde hace unos meses el flujo de migrantes por el albergue de La Sagrada Familia ha disminuido, Luna no cree que esto se deba a que se haya reducido el flujo por la zona, sino más bien, a la implementación de operativos de detención más intensos por parte de las autoridades migratorias. Todo eso, con ayuda de elementos de seguridad federales, estatales o municipales.

Según el director del albergue, el año pasado las detenciones migratorias en el país llegaron a más de 7 mil, mientras que en 2022 se habían mantenido en torno a las 3 mil. A 9 kilómetros del albergue hay un retén de detención de migrantes.

Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.