Latinoamérica.- A pesar de la necesidad de priorizar la inocuidad, sí es posible desplastificar el sector salud y para esto ya existen experiencias que han dado resultados interesantes.

Expertos y líderes en sostenibilidad y salud se reunieron en el seminario “Hacia una salud sin plásticos en el nuevo Tratado Global” organizado de manera virtual por la organización Salud sin Daño, en el que se discutió la urgente necesidad de reducir el impacto ambiental y en la salud humana del uso excesivo de plásticos en hospitales y clínicas.

Actualmente se discute a nivel internacional la creación de un nuevo tratado global, legalmente vinculante, para acordar la disminución del uso del plástico a nivel mundial. Iniciado en marzo del 2022 y con planes de ser finalizado a finales de este 2024, la cuarta de un total de cinco rondas de negociación se llevará a cabo en próximas semanas en la ciudad canadiénse de Ottawa, mencionó Andrés del Castillo, del Centro Internacional de Ley Ambiental (CIEL).

Al respecto, la asesora de la Global Alliance for Incinerator Alternatives (GAIA) para latinoamérica, Alejandra Parra, destacó la importancia de que el sector salud no quede fuera de este acuerdo y recordó la necesidad de que organismos ciudadanos presionen para que los gobiernos nacionales se decanten por una meta global de desplastificación, “lo que realmente nos va a permitir establecer en qué nivel de producción es sustentable para el planeta y se alinea con el presupuesto de carbono para no superar el calentamiento global más allá de 1.5 grados”, indicó.

“Sin esa meta global es difícil alcanzar niveles sustentables de producción de plástico”, añadió.

 

“Sí se puede”

 

“En una cirugía de trasplante de cadera el protocolo dice que todo debe ser desechable, pero la bata ¿podría ser de tela lavable?”, ejemplifica Monica Castaño Tovar de Fundación Valle del Lili, un Centro Médico y Hospital Universitario de alta complejidad en Colombia que ya ha dado pasos importantes hacia la atención del servicio médico.

“¿Podríamos decir que mañana no va a haber plásticos en el sector salud?, los médicos se quedan como de que no, pero sabemos que sí y vamos a mostrarles”, indicó previo a explicar como el hospital se ha tomado en serio este reto.

“Acá lo hemos identificado respecto a insumos directos e indirectos para el paciente… además de los enfoques de prácticas clínicas y los procesos operativos”, comentó.

Así, siguiendo pasos como el diagnóstico, la redefinición de los criterios de compras, articulación de los procesos, la divulgación y medición, la Fundación Valle del Lili ha logrado reducir su uso de plástico hasta en 43 mil kilos de plástico en distintos procesos hospitalarios como lavandería, central de esterilización y hospitalización, entre otros.

Un logro claro de aplicar está metodología, añadió Castaño Tovar, es la eliminación de los fluidos químicos y su sustitución por el calor y la pasteurización en la central de esterilización hospitalaria. Así como una sensible reducción en el uso de bidones de polietileno de alta densidad en la lavandería del hospital habilitando dosificadores y recipientes retornables.

Asimismo, la fundación también se dedica a realizar prototipos de aparatos médicos que puedan usar menor cantidad de plástico o que sirvan para distintos objetivos a través del ecodiseño.

PARA SABER: Entre los retos para la desplastificación del sector salud se mencionaron principalmente la dificultad de encontrar sustitutos al plástico en el mercado, la desinformación de la comunidad y los proveedores y el alto costo inicial de la sustitución de materiales, entre otros.

También puedes leer: