Sinaloa.- La gran cantidad de torres para el turismo que actualmente se construyen en Mazatlán generará un gran problema de seguridad ante los riesgos del cambio climático en las costas, opinó la investigadora Evelia Rivera Arriaga. Uno de estos es la erosión costera.

Durante un webinar con el titulo de “Adaptación de las costas y océanos sinaloenses al cambio climático” organizado por la Cumbre Climática Juvenil Sinaloa 2024, la experta en cambio climático en sistemas costeros y autora líder del Reporte Global Especial sobre Océanos y Criosfera del IPCC advirtió que las costas sinaloenses muestran gran vulnerabilidad ante el cambio climático en temas como erosión costera, inundaciones, intrusión salina, pérdida de humedales y una mayor prevalencia de eventos climáticos extremos.

Como ejemplo de esta situación, mencionó que en el puerto de Mazatlán, principal destino turístico en crecimiento en Sinaloa, existen una gran cantidad de proyectos de hoteles y torres de departamentos en toda su zona costera, desde Olas Altas hasta Cerritos. “Y no hay un marco jurídico claro en materia de construcción que garantice la seguridad en este tipo de estructuras”.

En este sentido, recientemente ESPEJO documentó como actualmente Sinaloa cumple solo con 9 de los 17 instrumentos de política climática que la Estrategia Nacional de Cambio Climático exige a los estados.

Cuatro de estos instrumentos faltantes son herramientas de ordenamiento territorial como:

  • Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial
  • Atlas Estatal de Riesgo Estatal
  • Reglamento de Construcción
  • Programa Estatal de Movilidad

 

Consultado por Espejo, la Secretaría del Bienestar y Desarrollo Sustentable (SEBIDES) indicó que de estos cuatro instrumentos, actualmente el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial se encuentra en su última etapa de Consulta a Pueblos y Comunidades Indígenas, para posteriormente ser decretado.

En cuanto a los ordenamientos territoriales en los municipios, la dependencia informó que actualmente se encuentran instalados 15 consejos municipales de ordenamiento territorial, entre ellos Mazatlán.  En el caso de los programas de ordenamiento ecológicos municipales, solo el municipio de Escuinapa cuenta con este instrumento; y Mazatlán apenas está por iniciar su proceso de formulación.

“Debería de haber un atlas de riesgos, un reglamento de construcciones que señale justamente el riesgo y vulnerabilidad de construir en esas zonas”, alertó al respecto Rivera Arriaga.

 

Además, la científica mencionó que, según un estudio del 2011, entre 1953 y 1992 el nivel del mar en el puerto se elevó entre 1.9 y 3.3 milimetros por año. Más recientemente, en el 2019, el entonces secretario de turismo, Miguel Torruco, alertó que, según datos de la Sociedad Alemana de Cooperación de Trabajo Internacional, (GIZ) la erosión costera se comía 1.08 metros de playa al año en el destino sinaloense.

“Es muchísimo”, lamentó la académica.

Recientemente, ESPEJO documentó como del 2016 al 2023, Mazatlán otorgó 935 permisos de construcción para edificios de departamentos; un 70 por ciento ubicados frente a la playa. Muchos de estos se iniciaron con permisos irregulares o incluso sin haber sido aprobados por el Ayuntamiento. Algunos, como en la zona de La Escopama, ya tienen muros de contención que, en última instancia, terminarán también contribuyendo a que el mar siga ganando terreno a la playa.

Sinaloa, con alta vulnerabilidad

Con información de diversos estudios y fuentes, como el Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático (ANVCC) del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la científico advirtió que el municipio de Mazatlán tiene una vulnerabilidad física muy alta ante el cambio climático, pues este es propenso a inundarse por su baja altura con respecto al nivel medio del mar.

En este sentido, la científica recordó cómo entre 1970 y 2021 el estado ha sido afectado por un total de 49 ciclones tropicales, de los cuales 38 han tocado tierra. Además de que, entre 2001 y 2016, se tuvieron 12 declaratorias de desastre en la entidad, la mayoría por tormentas o ciclones tropicales, pero también por sequía.

En contraparte, con la desaparición del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) el pasado 21 de octubre del 2021, los estados ya no tienen la oportunidad de acceder a recursos extraordinarios de manera rápida para atender los cada vez más frecuentes desastres por fenómenos hidrometeorológicos asociados al cambio climático.

“Cada vez hay menos problemas con muertes por huracanes; sin embargo, en este último  (Huracán Hilary, 2023) hubo afectación a la energía eléctrica en las comunidades e inundaciones”, puntualizó.

LO DIJO: “Sinaloa tiene problemas en términos de vulnerabilidad y esto debería impulsar el diseño de políticas públicas para resolverles el problema y para que la gente sea más resiliente y pueda adaptarse al cambio climático. El problema es que la región ha sufrido últimamente eventos climáticos extremos que van de un lado al otro, o bien tienen sequías o bien tienen inundaciones o bien tienen tormentas tropicales, y eso significa mucha inversión de parte del gobierno para poder reconstruir y reubicar, así como darles atención, refugios, etcétera”.

En La Escopama, una zona de conservación, hay una serie de torres que están construidas sobre la playa

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