Culiacán, Sinaloa.- Roberto José Retes Aldapa, un apasionado defensor de la naturaleza, ha tejido una trayectoria empresarial que fusiona su amor por el campo con un compromiso hacia el equilibrio ambiental. Licenciado en Ciencias Agropecuarias, su historia emprendedora se remonta a los 18 años, cuando inició su travesía en la producción de flores y plantas regionales.

Sentado a la frondosa sombra de un árbol que él mismo ayudó a colocar en el Hípico rumbo a Mojolo, Roberto comparte a Espejo cómo su vínculo con la tierra y su padre moldearon su visión empresarial desde temprana edad, y como este amor y comprensión de la naturaleza lo impulsan a que más personas puedan entablar una conexión de cuidado y respeto con ella.

“El campo siempre estuvo presente en mi vida, desde mis primeros recuerdos de cortar chícharos con mi padre en las noches hasta explorar con él los misterios de la naturaleza”, relata Roberto.

 

-Roberto, cuéntanos ¿quién eres y a qué te dedicas? 

Mi nombre es Roberto José Retes Aldapa. Soy licenciado en Ciencias Agropecuarias, nací aquí en Culiacán, viví 15 años en Celaya Guanajuato en donde mi papá fue el director del área agrícola de una compañía y en donde desde niño, pues prácticamente desde un año y medio, dos años andaba siempre con mi papá en el campo.

Le platico mucho a mis hijas anécdotas de cuando andaba con mi papá cortando chícharos en las máquinas en la noche, o cuando nos encontramos conejos en la madrugada y los correteábamos. Todo ese tipo de cosas, pues de alguna manera lo traigo en mis raíces, es parte de mi esencia.

Entonces, ¿quién soy yo? -se pregunta a sí mismo-

Pues una persona que valora y que admira la naturaleza y que busca de alguna manera lograr ese equilibrio entre el humano y naturaleza, que no es absolutamente nada fácil.

El tema de la ambición, el tema del tener, no es necesario pelearnos con eso porque a todos nos gusta tener algo más; sin embargo, ¿cómo podemos respetar y cómo lo podemos lograr ese equilibrio entre naturaleza y humano?, yo creo que es lo más importante.

-¿Cómo empiezas a involucrarte en el mundo de las plantas a nivel empresarial? 

Soy muy inquieto, siempre he buscado hacer algo. Tuve un negocio de venta de camisetas a los 15 años, y el negocio de emprendimiento respecto a las plantas empezó a mis 18 años, cuando empecé a estudiar agronomía.

Mi padre de hecho no quería que estudiara agronomía, porque él veía una profesión difícil, pero de alguna manera si tú buscas hacer lo que te gusta, pues creo que no hay barreras.

Entonces empecé a estudiar agronomía a los 18 años y empezó a interesarme la producción de flores. Por ahí encontré unos catálogos de semillas de flores, y le dije a mi papá: “¿Sabes qué papá? voy a producir flores”. En ese momento le causó algo de simpatía, de gracia, pero fue como empecé.

Inicié en un terrenito por la Paliza, un terreno de 6 por 30, hasta que mi papá dijo ¡orale va en serio esta cosa! Y compró un terreno en el Batallón de San Pedro que lo dividió en cuatro, porque somos tres hermanos. Lo dividió para cada uno de los hermanos y el cuarto terreno para una huerta familiar.

Al modo que la gente te dice que no se puede, que ¿como en Culiacán? que pues es de otro tipo de negocios. Pero se puede demostrar, se puede de alguna manera sí lograr hacer algo distinto.

Yo empecé a venderle los viveros en Culiacán, Mochis, Guasave, Guamuchil. Y después de ahí estuve tocándole mucho la puerta a tiendas más grandes, y a mis 23 años empecé a venderle a una de estas en Culiacán. Logré tener siete de estas tiendas hasta que tenía alrededor unos 30-31 años cuando dejé de ser su proveedor.

A mi corta edad en ese tiempo, fue muy bonito lograr eso.

-¿Qué tipo de plantas y de flores producías aquí en Culiacán? 

Producía petunias, Belén Guinea, Belén común, geranios, begonias. Aquí hay mucha variedad, lo que pasa es que para nosotros el clima ideal de invierno es el que sería en primavera-verano en el centro del país. Por esa razón fue por la que me dieron las gracias con las tiendas, porque querían que mantuviese esa misma flor vistosa de otoño-invierno para todo el año; entonces, ¿qué hacíamos nosotros?

Es ahí donde yo me daba la tarea de buscar en otros estados más áridos, como la Baja, Sonora, incluso en la zona de Arizona, pues qué plantas se adecuaban a estos climas y es precisamente donde aprendí qué plantas son las adecuadas para nosotros.

-¿Y empiezas con Kaavar justo después de dejar este negocio de las flores? 

En aquel entonces mi negocio se llamaba Jardín Real por mis dos apellidos (Retes Aldapa); fue una muy bonita época, pero en 2010 esta tienda departamental me da las gracias y en Febrero del 2011 me pega la helada. Fueron dos golpes muy fuertes.

Entonces por necesidad tuve que dedicarme a otras cosas, Por un buen tiempo fui asesor de seguros, yo era una persona totalmente introvertida pero ese trabajo me obligó a romper con ese esquema.

Pero yo iba a mi campo y mi esposa veía que me desmoralizaba. El campo era lo que a mí me encantaba, pero no podía. Luego llegó la tienda Lowes aquí en Culiacán y empecé a venderle a Lowes Culiacán y a Lowes Hermosillo, pero los tiempos cambiaron.

Cuando te digo que los tiempos cambiaron fue porque cuando era el boom de la producción de flores de temporada, pues había mucha liquidez y la gente compraba flores en masa; y cuando vuelvo pues me topo con que la gente no compraba el mismo volumen, con que quieren que el jardín perdure, y que no quieren cuidarlo tanto.

Entonces empecé a ver esa oportunidad y por ahí me fui metiendo. Empecé a producir árboles, algo que a mí me apasiona mucho y me gusta mucho porque de alguna manera siempre digo que son como tus maestros de la vida.

De alguna manera cada árbol es distinto, cada árbol crece de una manera distinta, cada árbol florece distinto, es como el ejemplo de vida, para mí.

Entonces hubo gente que cuando empecé a de vuelta con mi negocio empezó a buscarme. Una vez un arquitecto me pidió ayuda para un proyecto y yo lo quise mandar con mi hermano; pero él me dice: “oye, pues es que no  quiero a tu hermano, te estoy buscando a ti”.  Y como que fue el sacudidón, ¿no? Pensé “me estoy perdiendo la oportunidad de hacer lo que a mí me gusta.

Entonces empecé a hacer jardines y ahí fue el resurgir de mi negocio.

-¿De dónde surge el nombre Kaavar?

Me puse a investigar idiomas y encontré la palabra Kaab. En idioma maya Kaab significa universo, manos, tierra y colmenas. De ahí surge la palabra Kaav y se agregó la A y la R por Ana y Roberto y aparte que Kaab tiene dos A, de mis hijas Andrea y Ana Sofía y pues queda el nombre de Kaavar, algo muy ad hoc a nuestro negocio y pues en nuestro logotipo también es un árbol con una palita, o sea, el mismo logotipo tiene las dos cosas y la verdad estamos encantados con este proyecto.

-¿Cuáles son tus principales clientes y qué tipo de servicios ofreces? 

Pues me dedico a hacer jardines de todo tipo. A mí lo que me gusta es que la gente pueda tener su mini jardín o su jardín a pesar de cualquier circunstancia de espacio, económico o lo que ustedes quieran.

El que puedas abrir tu ventana y disfrutar tu jardín, eso es algo increíblemente bonito; y el jardín no precisamente tiene que ser algo complicado. Ahora con el tema de la tecnología, pues hay timers, hay goteos que son sumamente económicos y te permiten disfrutar de tu propio jardín.

Hay gente que me dice: “oye, no quiero saber de nada del riego, soy anti plantas”, y muchas veces cuando las personas me dicen que son anti plantas no es precisamente porque no les guste (o) porque no les agraden; yo siento que es porque no tienen el tiempo para dedicarle adecuadamente su jardín y eso los hace sentir que son anti plantas.

Pero hay de todo tipo de clientes: He trabajado para constructoras, para proyectos grandes, por ejemplo empresas como Smurfit Kappa o Bayer. Por ejemplo, Bayer me pidió la movilización de más de 50 árboles por ser una empresa socialmente responsable y ellos mismos decían: “Oye, es que no sabíamos que había una persona que se pudiera dedicar a esto aquí en Culiacán”, y los pudimos apoyar a rescatar esos árboles. Dentro del tema de rescate de árboles, ¿qué hacemos aquí? ¿Cuándo hay alguna persona que quiere mover o quitar un árbol? Pues buscamos quién lo puede adoptar para que no sea un tema económicamente alto para cualquiera de las dos personas.

 

-Hace rato platicabas, que el generar un ingreso y hacer negocio no está peleado con la naturaleza, y que incluso el ir con los ciclos de naturaleza es mejor para cualquier tipo de negocio y sobre todo para el tuyo.

Sí, lo que pasa es que estamos destruyendo lo que nos genera economía. Por ejemplo, tenemos un terreno y a mí me hablan y me dicen: “Oye Roberto quiero poner 100 árboles en ese terreno”, y es un terreno que lo desmontaron y donde ya había 50 árboles crecidos, y quieren volver a poner y aparte a veces que ni siquiera son las especies que estaban ahí.

Entonces el tema económico va primero por lograr que la gente valore lo que hay para que no gaste de más; y el otro punto es que, por ejemplo, si tú tienes un terreno del que quieras vivir de una manera o disfrutar de una manera distinta, puedes hacerlo generando ingresos sin destruir la naturaleza.

Países como Costa Rica que ellos tienen el ecoturismo. Nosotros en Culiacán también pudiéramos tener proyectos de este tipo, restaurantes, gente que te quiera dar un paseo… y nosotros estamos destruyendo esa parte.

O sea, tenemos en Culiacán la sierra de Mojolo, el Cerro las Siete Gotas, las Cascadas de San Antonio que pudieran hacerse zonas protegidas y que las estamos destruyendo en lugar de cuidar.

Tú vas para allá y está sucio, está abandonado cada día está más talado, no hay esa cultura. Entonces esa parte que te digo que no está peleada una cosa con la otra, sí se puede lograr.

roberto retes aldapa kaavar jardines salvajes (21)

Roberto Retes Aldapa.

***

Además de su empresa de paisajismo y rescate de árboles, KAAVAR, actualmente Roberto Retes Aldapa está a cargo del proyecto de Rotary Race, un evento de ciclismo que busca institucionalizarse en Culiacán como un pretexto para, cada año, recorrer y rescatar una zona distinta de la ciudad con el pretexto de este deporte. Asimismo, Roberto constantemente participa en proyectos de rescate de árboles con otros ambientalistas. Puedes contactarlo a través de sus páginas oficiales de Facebook e Instagram.

***

LO DIJO: “¿A qué creen que vengo yo a este mundo? Yo creo que a esa parte de buscar cómo sí lograr que más personas puedan entablar una conexión respecto a cómo cuidar la naturaleza, eso para mí es muy importante”.

 

Más información sobre Medio Ambiente: