Culiacán, Sinaloa.- El miedo a ser víctima de la violencia generada por la narco guerra entre facciones del Cártel de Sinaloa rompió la relación económica entre la ciudad de Culiacán y la bahía de Altata, Navolato, afectando de manera grave el modo de supervivencia del sector comercial y turístico de este destino de playa normalmente abarrotado de visitantes culichis.
Desde el pasado 9 de septiembre, fecha en que se detonó el proceso violento que sigue viviendo Sinaloa, los comerciantes de la bahía han visto cómo los turistas prácticamente han desaparecido.
En un recorrido realizado por ESPEJO este domingo 3 de noviembre, se observó como entre las 10 de la mañana y 2 de la tarde el Malecón de Altata lucía desolado, en silencio y con solo unos cuantos de sus puestos y restaurantes abiertos.
La principal lamentación de estos comerciantes es que, en realidad, la zona ha estado tranquila y ha permanecido relativamente ajena a los hechos de violencia.
“Es domingo y está completamente solo. Cae la tarde, el sol se empieza a poner, y los tres-cuatro carritos que llegaron, se fueron”, contó Juan de Dios Bueno desde su puesto de ostiones y mariscos en el puerto de la bahía.
“La gente de aquí mismo es raro que llegue a consumir algo, nosotros vivimos de la gente que viene de allá de la ciudad, de la capital; y no viene la gente y prácticamente estamos en crisis”, añadió.
Rafael, comerciante de artículos de playa, tenía dos semanas sin abrir su puesto. Si algunos comerciantes aparecen los domingos, reconoció, es más por la esperanza de creer que acudirán un poco más de turistas.
“Pero no, si te das cuenta, mira, nadie. Si te vas por el malecón vas a ver más locales vacíos por la cuestión esa de que no hay a quien venderle”, lamentó.
“Aquí los domingos vendía de 2 mil a 3 mil pesos, y ahorita a veces no vendo nada”, explicó.
Justificado o no el miedo, hechos puntuales, como el asesinato de dos policías municipales en San Pedro, Navolato, durante la noche del viernes 25 de octubre, incrementan la sensación de inseguridad en la zona. Este mismo 7 de noviembre, un enfrentamiento en el campo pesquero de Las Puentes, perteneciente a Navolato, ha dejado como saldo tres militares y un civil heridos.
Por su parte, las autoridades estatales han hecho hincapié en que los hechos de violencia se están concentrando en los alrededores de la capital sinaloense.
Otro de los resultados de está serie de eventos ha sido la escasez de pisteadores en el puerto, lamentó Guadalupe García Valenzuela.
Conocido como El Pipo entre la comunidad de Altata, Guadalupe junta latas de aluminio para sacar unos pesos y cuidar de sus perros compañeros.
Sin embargo, desde el 9 de septiembre los pisteadores, y por ende las latas que juntar, han estado escasas.
“En un fin de semana bueno yo juntaba por lo menos un costal grande, en veces llenaba hasta dos costales en un solo día. Pero ahorita está muy escaso”, afirmó.
Esto también hace mella en los músicos que ofrecen sus canciones en el Malecón. Juan Ramón Cortijo Félix, acordeonista de la banda Los Humildes del Valle, señala que en 42 años tocando en la bahía, solo habían vivido algo similar durante la pandemia de Covid-19, cuando dejaron de trabajar hasta por tres meses.
Actualmente llevan dos sólo trabajando los domingos. Cuando les va bien, añadió, cada uno de sus cuatro integrantes puede juntar hasta mil pesos, dinero que les tiene que durar toda la semana.
“Aquí no hay problema de nada. El único problema es que no hay turismo y no hay trabajo”, declaró.
Ante está situación, un grupo de ciudadanos encabezados por el chef Miguel Taniyama y el activista Javier Llausas, han convocado a realizar una caravana hacía Altata este mismo fin de semana.
Está se llevará a cabo de 12:00 pm a 5:00 pm el sábado, y de 10:00 am a 5:00 pm el domingo. El objetivo es vencer el miedo de los culichis a visitar el puerto de Altata.
“Con ira y enojo no resolvemos nada, pero sí con alegría. Con decir, aquí estamos”, indicó Taniyama durante el anuncio de está caravana.
Por su parte, el gobernador Rubén Rocha Moya ha dicho a Espejo que visitará Altata para conocer de su situación y apoyarlos en lo que requieran. “Quiero ver a la gente de Altata, me interesa mucho porque reciben a la gente de Culiacán”, dijo a este medio.
A este respecto, desde su puesto de ostiones Juan de Dios Bueno agradece a la sociedad el que se empiece a decir que Altata está tranquilo y que se puede visitar.
“Yo no pido que nos regalen nada, yo lo que pido es que la gente venga, que venga con toda la confianza y que vengan y nos consuman nomas. A divertirse y a hacer su consumo porque nosotros vivimos del consumo de la gente”, puntualizó.
Tampoco hay camarón
Paralelamente a la situación de violencia, la bahía de Altata también sufre de una mala temporada para la pesca de Camarón. Levantada la veda el pasado 12 de octubre, los pescadores se han encontrado con una pesca pobre que, en ocasiones, ni siquiera da para pagar el diesel requerido para salir al mar. El dicho entre los pobladores es que en Altata se acabó la pesca.
Jesus Ramón Valenzuela García, pescador adscrito a la Cooperativa Puerto de Altata, describe un desastre en la pesca de camarón con promedios diarios de captura de entre 70 y 80 kilos en altamar y de alrededor de 15 kilos en bahía. En ambos casos de tallas pequeñas, con menor precio en el mercado.
“No hay camarón suficiente para seguir subsistiendo, nos la hemos estado viendo dura”, relató a Espejo a finales de octubre pasado.
¿Cree que haya compañeros que están valorando que no vale la pena salir al camarón?, se le preguntó.
“Sí. La verdad yo soy uno de ellos. Yo he pensado salirme de esta madre y ya estoy viejón. Pero sí, la neta ahorita con esta pesca es puro llanto. Y al que le pregunte va a ser lo mismo”, respondió.
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