debemos crecer la exigencia de que los gobiernos federal y estatal y las fiscalías local y nacional evidencen más empeño en encontrar a los desaparecidos, anticiparse la acción criminal que los secuestra, y ubicar y detener a los perpetradores.
EDITORIAL
Acudir al cultivo de las artes, disciplinas deportivas, conocimiento y coexistencia inclusiva no es cosa trivial ni de mínima prioridad; es la única manera de que volvamos a vivir con paz positiva en Sinaloa.
Ni Sinaloa ni México presentan condiciones óptimas de seguridad ni Estados Unidos sustenta con pruebas la declaratoria de riesgo por terrorismo.
La reforma política debe sustentarse en análisis profundos y consensos genuinos para determinar qué le sirve y qué le perjudica al país con el actual marco regulador de los procesos electorales.
Es positivo que los homicidios dolosos presenten tendencia a la baja, pero la urgencia ahora consiste en cómo levantar a Sinaloa del derrumbe a consecuencia de la ofensiva criminal.
Es insuficiente lo que se hace, así lo demuestran los hechos; el gobierno debe aceptarlo pero más que reconocerlo debe ocuparse en resolverlo.
Redacción Espejo
corresponde a todos, sin excepción, resolver cómo salir de la atrocidad y reimplantar la civilidad.
La sacudida de la tierra vale como advertencia y llamado a la toma de acciones en Sinaloa respecto a un peligro que considerábamos lejano e intangible.
¿O son los servidores públicos morenitas más corruptos o por fin se les está aplicando la ley a quienes se echan a los bolsillos el dinero que es del pueblo?
Buscarlos vivos, reponérselos ilesos a sus familias, es la mentalidad que debe regir en las labores de búsqueda porque los hechos de Cosalá y Angostura avisan de que muchos más desaparecidos esperan a que el gobierno sea más eficiente en encontrarlos.