Culiacán, Sinaloa.- La sequía ha emergido como un factor abiótico [componente de un ecosistema] de considerable relevancia en el cultivo de granos básicos en México, según lo expuesto por Josefina León, investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).

Señala que, si bien se han realizado investigaciones científicas significativas en este campo, algunas de ellas con evaluaciones de campo, su importancia no siempre se reconoce adecuadamente.

“Existen diversas perspectivas, desde lo morfológico hasta lo molecular, que proporcionan información valiosa para comprender y abordar el impacto de la sequía en los cultivos”, afirma León. Esta sequía, explica, afecta gravemente a los principales granos básicos de México, como el maíz, el frijol, el arroz y el trigo, comprometiendo tanto su rendimiento como su calidad.

 

León destaca que, si bien las plantas tienen una sorprendente capacidad para adaptarse y sobrevivir a condiciones adversas, para los agricultores es crucial que no solo sobrevivan, sino que también sean productivas. Sin embargo, la sequía no solo afecta la reproducción y los rendimientos de las plantas, sino también varios atributos morfológicos, bioquímicos y moleculares, incluida la capacidad fotosintética.

Para mitigar los efectos adversos de la sequía en los cultivos, León destaca dos estrategias principales que se están utilizando actualmente. Una de ellas se centra en la obtención de materiales genéticos con potencial para resistir condiciones adversas, mientras que la otra se basa en el uso de tecnologías avanzadas, como las ciencias sómicas, para comprender mejor las necesidades de las plantas y mejorar su capacidad de resistencia.

“Las ciencias sómicas nos permiten estudiar a la planta como un organismo complejo, analizando el conjunto de proteínas, metabolitos y genes que expresan su estado y necesidades”, explica León.

 

Aunque se ha avanzado en el entendimiento bioquímico y genético de las respuestas de las plantas al estrés por sequía, León subraya la importancia de seguir investigando para adaptarse a un entorno en constante cambio.

Puntualiza que, el impacto del estrés por sequía en los granos básicos es un desafío significativo para la seguridad alimentaria en México, pero las investigaciones en curso ofrecen esperanza para mitigar estos efectos adversos y garantizar la productividad y calidad de los cultivos en el futuro.

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