A pesar de que habla desde la experiencia personal sobre su estancia en Culiacán, la declaración del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, en el sentido de que se sintió seguro en esta ciudad, sí puede constituirse en elemento trascendente para que el vecino país del norte certifique condiciones de seguridad para sus ciudadanos en Sinaloa al momento de visitar destinos turísticos o realizar inversiones que habían sido contenidas por el miedo a la violencia.

A reserva de que se concreten la eliminación del warning, la inversión de 2 mil 200 millones de dólares para instalar en Topolobampo una planta del proyecto Pacífico Mexinol, y acuerdos que coadyuven a que la agricultura acceda a mecanismos redituables de comercialización de cosechas, podría decirse que Sinaloa sale ganando de la relación que han fortalecido el gobernador Rubén Rocha y el embajador Salazar.

 

Sin ser tiempo aún de echarse a dormir sobre los laureles es pertinente evaluar lo que han dejado las tres visitas que el representante de la Cancillería de Estados Unidos ha realizado a Sinaloa de septiembre de 2023 a la fecha, dos a Mazatlán y una a Culiacán, poniendo a esta entidad en la agenda binacional de manera privilegiada y fortaleciendo las posibilidades de acuerdos en corto plazo en materia económica, derechos humanos, apertura comercial y buena diplomacia.

La política exterior de Estados Unidos cuida bastante la forma y el fondo en el comportamiento de sus embajadores y cada palabra que se diga debe contar con la autorización de la Casa Blanca, por ello hay que analizar las expresiones de Ken Salazar de “la alimentación que sale de aquí de Sinaloa, levanta a México y levanta a los Estados Unidos”, “no farm, no food” y “decían algunos que no debería pasar la noche en Culiacán, pero pasé la noche en Culiacán y les quiero decir que me siento muy seguro”.

En esta tercera visita resultó desplazado el tema del fentanilo y la guerra que Estados Unidos libra contra el opioide, y cobran relevancia asuntos de Estado como las nearshoring, libre comercio, seguridad de ambos países, elecciones 2024 en México y protección a grupos y minorías en condiciones de vulnerabilidad.

 

En ese itinerario que el Embajador Ken Salazar efectúa por las distintas regiones mexicanas a Sinaloa le puede ir bien sólo en caso de que se sostengan firmes la colaboración y condiciones entre el gobierno estatal y las autoridades estadunidenses.

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