Culiacán, Sinaloa.- El jardín de la biblioteca Gilberto Owen es ahora un huerto urbano, uno donde se siembran conocimientos en niñas y niños para hacer crecer alimentos.

Cada sábado, las niñas y niños dan mantenimiento al huerto que ya crece zanahorias, tomates, maíz y grandes rábanos. En este lugar, además, crean bombas de semillas regionales con barro y tierra. Usan la tierra, toman las semillas, se enlodan las manos y hacen esferas que colocan al sol para que se sequen. En una semana más recogerán estas bombas con la misión de lanzarlas a zonas en las que puedan crecer plantas regionales.

Hace una semana antes de esta actividad, cosecharon rábanos, y observaron plantas bajo el microscopio. Dibujaron aquello que miraron en miniatura.

“Para ellos también se abre otro mundo. Es importante que a edades temprana, como la de estos niños, empiecen a explorar y que pierdan el miedo, por ejemplo también ellos agarran las lombrices, o sea, ya no les da miedo ni asco”, contó Emanuel, quien junto con Lorenia crearon este taller y de huerto infantil que crece al norte de Culiacán.

Lorenia y Emanuel son dos jóvenes amantes de la naturaleza, amigos desde hace ya varios años y compañeros al facilitar un taller de huerto infantil.

Ella bióloga y el biotecnólogo, cada sábado se reúnen con niñas y niños de 6 a 12 años para cuidar, cultivar y cosechar un huerto a la entrada de la Biblioteca Gilberto Owen; así como enseñarles sobre temas como polinizadores, composta y lombricomposta y flora regional.

“Queremos mostrar todo lo que es la agroecología, ver cómo poder sembrar de manera más amigable, siendo más congruentes y respetando a la naturaleza”, contó Lorenia a Espejo.

El taller ofrece toda una serie de actividades, la mayoría al aire libre, y que alejan a los niños del tiempo de pantalla mientras adquieren conocimientos que los invitan a redescubrir el mundo a su alrededor.

Para Isabel, de 8 años, el taller le ha enseñado a reconocer las plantas de tomate, calabaza, frijol, trigo y maíz; mientras que a Giselle, de 11, le ha mostrado que las lombrices son animales que pueden contribuir al mejor crecimiento de las plantas. Elena, de 9, dice que ha acudido al taller todos los sábados y que lo seguirá haciendo.

Este taller inició a iniciativa de Lorenia, que cuando ofreció el proyecto a la biblioteca, ésta ya había iniciado a instalar un huerto.

“Lo que hicimos al inicio fue meter el proyecto y dio la casualidad de que ellos ya tenían cierto principio, tenían surcos ya listos y ciertos brotes, entonces nos dijeron que sí, y nosotros poco a poco hemos ido agregando ciertas cositas”, contó.

Ella también tiene la tienda-bazar Esencia Verde, en la cual ofrece productos naturales como aretes y llaveros pintados a mano y realizados con maderas regionales, así como stickers de naturaleza, jabón potásico para plantas y bombas de semillas. En los bazares también integra el elemento de educación ambiental. Uno de estos elementos es el relacionar juegos populares con la naturaleza; un ejemplo de esto es el juego del gato, solo que, en lugar de cruces y círculos, usa pulgones y mariquitas.

“Tengo uno que es como un juego del gato, o sea, básico, pero es como un juego de mariquitas contra pulgones, entonces ahí les explico a ellos lo que ocurre en la naturaleza, esa relación de depredación y eso les interesa mucho a los niños”, contó.

El taller

La actividad, que parte de toda una serie de talleres gratuitos para el público infantil, tiene alrededor de 5 semanas realizándose y seguirá cada sábado de 9 a 11 de la mañana durante el resto de abril y el mes de mayo.

Sin embargo, actualmente la biblioteca valora el ofrecerlo también durante otra época del año, con cultivos diferentes adecuados al clima de la época.

Las actividades y talleres de la biblioteca Gilberto Owen son publicados en su página en Facebook, así como la página en Instagram del proyecto de Lorenia, Escencia verde.

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