El diputado federal Mario Zamora Gastélum formuló ayer desde la tribuna de la Cámara de Diputados un llamado al secretario de Economía del Gobierno Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, para la implementación en Sinaloa de un paquete de apoyo a las actividades productivas afectadas por la violencia que golpea fuerte a sectores que se han visto obligados a cerrar sus negocios o resistir en situación difícil ante las consecuencias de la actual crisis de la seguridad pública.

Aparte del fuerte despliegue de fuerza pública federal, a las autoridades nacionales y locales les falta aplicar acciones de mitigación de daños sobre todo a pequeñas y medianas empresas que han bajado sus cortinas en los sectores restaurantero, comercial, turístico y de servicios, porque el esquema de mercados procede a inhibirse por hechos de delincuencia que intimidan a clientes y atacan a establecimientos con robos, asaltos y rapiña.

Mario Zamora plantea un sistema emergente de apoyo a familias con pequeñas actividades económicas y emprendedores consistente en créditos fiscales, reducir el Impuesto al Valor Agregado, ofrecer créditos a pequeños y medianos empresarios, prórrogas o descuentos en los recibos de luz, y esquemas o prórrogas en el pago de cuotas del seguro social, en tanto es recuperada la paz y Estado de derecho en Sinaloa.

 

Si bien es cierto que la Secretaría de Economía del Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Culiacán ofrecen apoyos a las pequeñas y medianas empresas, éstos consisten en alicientes que resultan insuficientes frente a las consecuencias de 45 días de hechos violentos que complican el cumplimiento de compromisos como pago de salarios, impuestos y servicios públicos, y el sustento de familias emprendedoras.

Devolverle la paz a Sinaloa tiene que ver con la atención integral al problema de la inseguridad pues de otra manera se incurre en decisiones reactivas que descuidan otra vez lo referente a acciones de raíz que a largo plazo sienten las bases para la tranquilidad y la legalidad. Por lo pronto, debe ser subsanado el error de abandonar a las actividades productivas que son el cimiento de estabilidad que requiere toda labor pacificadora.

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