De acuerdo con la ONU Mujeres, el 8M, Día Internacional de las Mujeres, es un hito que permite poner al centro del debate público los avances alcanzados por las mujeres y el movimiento feminista, pero sobre todo los desafíos pendientes para garantizar los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género.

Es un momento de reconocimiento de los movimientos y organizaciones feministas y de las mujeres que ya no están, porque han sido el principal motor del camino hacia la igualdad de género, que ha sido arduo, pero no infructuoso.

En este marco del Día Internacional de la Mujer (8M), en Espejo te presentamos una serie de historias de mujeres sinaloenses que han ido ganando espacios en oficios altamente masculinizados. Este día es propicio para reflexionar sobre la desigualdad que padecen las mujeres en diversos ámbitos de la vida diaria, muy particularmente en el terreno laboral, donde la brecha persiste y sigue sin romperse, más allá de lo que se diga, el techo de cristal.

Y para muestra un botón. La desigualdad de género en México trasciende las paredes del hogar para adentrarse en el ámbito laboral, siendo el cuarto país con menor participación económica de mujeres en América Latina. Este fenómeno se manifiesta con claridad en la distribución desigual de las labores del hogar, donde las mujeres dedican significativamente más tiempo al trabajo no remunerado. Aunque este trabajo tiene un valor económico estimado en 7.2 billones de pesos, las mujeres aún enfrentan obstáculos para su pleno desarrollo y crecimiento profesional.

La brecha de participación en la economía remunerada persiste, con las mujeres alcanzando el 46%, en comparación con el 77% de los hombres. Este escenario, sumado a un modesto crecimiento del 5% en casi dos décadas, señala la urgencia de medidas para promover la inclusión y equidad de género en el ámbito laboral, un paso estratégico para potenciar la competitividad y desarrollo del país.