Los dos militares que perdieron la vida y tres que resultaron heridos en un operativo en la zona de la sindicatura de Costa Rica, al enfrentarse con miembros de la delincuencia organizada y lograr la detención de 5 de éstos, demuestra que la fuerza pública federal y estatal está cumpliendo con la responsabilidad de proteger la vida y los bienes de los ciudadanos pacíficos en la actual jornada inseguridad prolongada y de alto impacto.
En este evento violento también fueron heridos un niño de una año y siete meses de edad, y sus padres de 34 y 24 años, en la misma circunstancia en que han sido alcanzados otras personas al encontrarse en medio del fuego cruzado entre células criminales, situación que ha provocado que la sociedad salga a las calles en exigencia de justicia para las víctimas y paz para la población.
En el caso de los soldados muertos en el cumplimiento del deber, se trata de miembros del Ejército Mexicano, Marina Armada, Guardia Nacional y Policía Estatal Preventiva que a diario salen de sus cuarteles o casas sin tener la certeza de que regresarán ilesos a sus centros operativos o con sus familias que los esperan, así como en todos los hogares aguardan a que los suyos retornen sanos y salvos después de realizar sus actividades habituales.
En esta guerra interna en el Cártel de Sinaloa han caído muchos sinaloenses que sin tener vínculo con las células del narcotráfico se hallan en peligro al estar en el lugar y momento equivocado, a los cuales el gobierno debió proteger, sin embargo, las bajas de integrantes de las Bases de Operaciones Interinstitucionales deben considerarse también entre las víctimas inocentes colaterales.
Como sociedad estamos obligados a mantener en alto las banderas de paz, que fundamentalmente tienen que ver con la exigencia de que las autoridades y las instituciones aporten los ambientes de seguridad y legalidad para que ninguna vida de inocentes esté en riego cuando la delincuencia actúa y la capacidad de contención del gobierno mengúa. Y la demanda de protección a personas o familias de bien es para todos, sin distingos.
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