Sinaloa.- Entre el amplio abanico de métodos fraudulentos de los que disponen los estafadores para embaucar a la población, uno de los más esparcidos y de mayor popularidad han sido las estafas piramidales. Hoy en día, personas con intenciones maliciosas usan redes sociales como un mar abierto en el que pueden pescar a cuanto incauto se deje engañar por lo que prometen.

El libro “Current Developments in Monetary and Financial Law“, menciona que las estafas piramidales son un derivado de otro tipo de fraude conocido como “Esquema Ponzi”, en honor a la primera persona que lo llevó a cabo a gran escala, Carlo Ponzi.

La principal diferencia entre ambos tipos de engaños es que un esquema Ponzi requiere de un único pago de cada nueva persona captada, y se usa para pagar las aportaciones de los primeros miembros, mientras que la estafa piramidal puede seguir sacando dinero de toda la red de reclutas durante un tiempo indeterminado hasta que esta colapsa.

 

En la actualidad, los fraudes piramidales vienen en tantas formas que pueden ser difíciles de reconocer inmediatamente, sin embargo, todas comparten una serie de características que las delatan y te pueden ayudar a distinguirla de una oportunidad de negocio legítima.

La primera característica que delata a un esquema piramidal es que este promete grandes cantidades de dinero a las personas a las que intenta defraudar a cambio de que estos recluten a más personas.

En ocasiones, se puede llegar a usar un producto para intentar esconder la verdad de la estafa, que a diferencia de las redes de mercadeo reales, no tiene una cuota de mercado genuina, por lo que tiende a quedarse en el inventario de los miembros del esquema. Sin embargo, esto pasa a segundo plano, ya que el ingreso principal proviene del reclutamiento de nuevas personas, quienes pagan cantidades cuantiosas para poder ser parte del «negocio».

Las pirámides suelen ser tan efímeras como dañinas, esto derivado a su crecimiento exponencial. Al momento que el número de personas captadas llega a ser lo suficientemente alto, el o los responsables del engaño desaparecen, huyendo con el dinero de cientos, o hasta miles de personas.

En México, ha habido numerosos casos de organizaciones que se hacen pasar por negocios legítimos para que los clientes les confíen su dinero, para posteriormente desaparecer. Algunos se hacen pasar por agencias de trading, empresas inmobiliarias o gestoras de ahorro. Muchos de estos casos quedan impunes.

Focos rojos

Existen varias señales de alerta que pueden ayudar a identificar si estamos ante un esquema fraudulento. La Comisión de Bolsa de Valores, agencia gubernamental estadounidense, enlista las siguientes:

—Prometen retornos de inversión muy altos con poco riesgo.

—Utilizan la presión excesiva en sus técnicas de venta.

—Garantizan ganancias estables.

—Inversiones sin necesidad de registro.

—Los asesores no poseen una licencia (en el caso de México, esta debe ser emitida por la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles).

—La información sobre el uso que se le dará al dinero es secreta u opaca.

—La empresa no está registrada. Cuando se trata de una institución financiera en México, esta debe estar registrada ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

—Presenta controles deficientes en materia de lavado de dinero, además de falta de auditorías.

En México, la CNBV es el órgano oficial encargado de detectar y ejecutar acciones en contra de este tipo de organizaciones.

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