El agro de Sinaloa debe jugar un rol estratégico en el logro de la meta trazada por la presidenta Sheinbaum para que en 2026 el país produzca 25 millones de toneladas de maíz blanco no transgénico.
EDITORIAL
Lo lamentable es que está costando demasiadas vidas humanas el tiempo que las autoridades tardan en reconocer la autenticidad y asumir las decisiones correctas.
Sinaloa forma parte hoy más que nunca de ese México donde permanecen en calidad de desaparecidas alrededor de 127 mil personas, más los casos no denunciados que son la cifra negra del delito.
Mientras continúen desatendidas las infraestructuras obsoletas de riego agrícola y los malos hábitos ciudadanos, el tema del agua permanecerá como tema de seguridad nacional cada vez más difícil de resolver.
La reingeniería en la UAS debe ocurrir sin demoras mediante el voto de confianza que sea correpondido con la disposición a que sea revisado y saneado todo.
Ha sido prolongada y trágica la espera a que la paz retorne y la última expectativa de ciudadanos que son rehenes del crimen podría fincarse en la intervención estadunidense, sea como sea.
Ayotzinapa es la convocatoria a erigirnos desde el valor cívico a recuperar el Sinaloa que el crimen y la desidia oficial nos robaron.
Los homicidios dolosos en los cuales las víctimas son mujeres han escalado a crisis humanitaria dentro de la otra crisis mayor que significa la narcoguerra.
Tal como lo estableció la presidenta Claudia Sheinbaum en la conferencia de prensa de hoy, deben ser atendidas todas las líneas de investigación.
El rescate de Culiacán es posible hacerlo desde la cultura, educación, deporte y el trabajo lícito, contrapropuesta que haremos sin mayor demora.